Desde hace un par de años se vienen aireando
consignas sindicales de grupos de bomberos funcionarios reunidos en distintas
plataformas de bomberos profesionales en contra del voluntariado de emergencias.
Y lo que roza el esperpento es que a los voluntarios, sean bomberos voluntarios
o voluntarios de protección civil, se les acuse de intrusismo profesional.
He escrito bastante en este blog sobre el voluntariado de emergencias, ya
sea de bomberos o de protección civil, por lo que no voy a abundar en ello. No
soy sospechoso de defender la sustitución de los bomberos profesionales.
Cualquiera que siga mi curriculum laboral puede saber que nunca hubo tanta
plantilla profesional en la historia del servicio de bomberos de Bilbao como
cuando yo lo dirigía; y que desde que unos cuantos jefes y mandos, creamos la Asociación
Profesional de Técnicos de Bomberos “APTB”
en 1990 he luchado con tesón -en mi puesto de presidente, primero, y secretario
general, después- para que en toda España se creasen nuevos servicios, nuevos parques,
que se aumentasen las plantillas y para que los servicios de bomberos adquiriésemos
nuevas funciones y competencias como las de prevención e investigación de
incendios. Los resultados que me enorgullecen saltan a la vista cuando vemos
las estadísticas de los servicios de bomberos y el cambio producido en los
últimos 25 años: duplicado el número de bomberos, triplicado el número de
parques, etc. Naturalmente, defiendo la existencia del voluntariado como en
todos los países más desarrollados que el nuestro, que permite a las sociedades
llegar más lejos y atender mejor a los ciudadanos. Ya lo he dicho otras veces: “el voluntariado es una caudal del que
nunca se debe prescindir”.
Denuncia pública
Y en estas, sale un grupo denominado “Plataforma de bomberos profesionales de Castilla y León” que dice
públicamente que se ha creado para "defenderse
del intrusismo de la profesión" y se permite alardear en los medios de
comunicación que van a denunciar al presidente de una Diputación por intrusismo
y que incluso acudirían a la fiscalía. ¡Y se quedan tan anchos! No conozco a
los miembros de esa plataforma pero les recomiendo que elijan mejor a sus
representantes o portavoces pues con afirmaciones estrambóticas como esta no
llegarán muy lejos.
Me quedo pasmado con esas declaraciones: ¿Intrusismo?, ¿ya saben qué es
el intrusismo profesional? En fin, que me ha dado por pensar sobre qué es el
intrusismo en los servicios de emergencia y en particular en los servicios de
bomberos.
La denuncia a un bombero voluntario por intrusismo es como si un coordinador cultural que ha ganado una oposición en un
ayuntamiento quisiera impedir, por intrusismo profesional, que los jubilados del centro municipal de mayores
organicen una obra de teatro.
Intrusismo
profesional
Se denomina intrusismo profesional el ejercicio de actividades profesionales por quién no
está autorizado para ello, o sea, el ejercicio fraudulento de una profesión sin
la titulación necesaria.
Así pues, para que se dé el intrusismo profesional se requiere que exista una
titulación profesional oficial. En España nuestro Código Penal considera
intruso a quién “ejerciere actos propios de una profesión sin poseer el
correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con
la legislación vigente”.
Así pues, parece claro que no habiendo en España una titulación académica
nacional que acredite la titulación oficial para poder ejercer de bombero no
cabe atribuir conductas de intrusismo a quién haga de bombero no siendo funcionario
de una administración, aunque valdría lo mismo para bombero de una empresa.
Título profesional
En España, un bombero no tiene un título profesional homologado y
reconocido por las instituciones académicas reguladoras de la formación
profesional. Un bombero no ha seguido una formación reglada, se ha presentado a
una oposición en la que no le exigían ser bombero, porque esa titulación no
existe (ojalá existiese) y por lo tanto cuando supera las pruebas exigidas, el ayuntamiento
o diputación o comunidad autónoma le otorga un nombramiento que solo sirve para
ser bombero asalariado en su administración (algunas CCAA están regulándolo en
su ámbito, pero eso no es extensible a todo el territorio nacional). Un bombero
voluntario reconocido por su administración como bombero, para ejercer en las
labores propias como tal, tiene el mismo título habilitante para hacer de
bombero que el funcionario: la capacidad reconocida por su administración. Además,
en todo caso, el bombero voluntario o el voluntario de protección civil no actúa
intentando obtener un beneficio arrogándose las capacidades de una profesión, ni
está ejerciendo una profesión -percibiendo los honorarios profesionales-, sino
que actúa de forma altruista al servicio de la comunidad.
Me imagino las risas de los funcionarios de la Administración de Justicia
cuando vayan a poner la denuncia por intrusismo al presidente de la diputación.
Supongo que el fiscal les podrá recibir y atender educadamente y echará unas
risas cuando se vayan de su despacho.
Incomprensible
No entiendo ese nuevo odio al voluntariado social. No
existe ni un solo caso en que un bombero voluntario haya producido el despido
de un bombero funcionario (son indespedibles). Ese riesgo no existe. Y sin
embargo, son miles los puestos de bomberos profesionales los que se han generado
a partir de la existencia primigenia de los bomberos voluntarios que han creado
la necesidad.
Corolario
Creo que la defensa de los intereses profesionales debe
hacerse de otra forma y por supuesto, en la administración, anteponiendo los
intereses de los ciudadanos en primer lugar.
Publicado el 26 de abril de
2016
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