Con este expresivo
nombre, Tecnifuego-Aespi, la asociación española de empresas de protección contra incendios va
celebrando en distintas ciudades españolas una jornada de exposición y debate de
distintos asuntos relacionados con la protección contra incendios.
El pasado jueves, día 13 de noviembre se celebró en
jornada de mañana el “Suaren Eguna” -Día del Fuego- en Bilbao. La ponencia estelar
corría a cargo de Pedro Izaga, titular de la Subdirección de Protección civil
del Área de seguridad del Ayuntamiento de Bilbao, que expuso de forma amena las
“Políticas y estrategias municipales en prevención de incendios” analizando las
distintas posibilidades de ofrecer a los ciudadanos el servicio de prevención
de incendios y mostrando la realidad de la siniestralidad en el término
municipal de Bilbao. Ilustró a los asistentes
con muchos datos y gráficos con los que se evidenció la actual tendencia a la
baja del número de incendios en la última década. El resto de los ponentes,
todos ellos de empresas de Tecnifuego–Aespi abordaron temas de importancia recurrente para
esta asociación como el mantenimiento de instalaciones, la protección pasiva y
la detección de incendios en viviendas, tan de actualidad en este último año.
En definitiva, una atractiva jornada de interés para
todos los profesionales de protección contra incendios para el área
metropolitana de Bilbao y las ciudades de alrededor. Sin embargo, y es esto
sobre lo que quiero llamar la atención, se superó por poco el número de los 40
asistentes simultáneos. Muy poca concurrencia para una jornada de inscripción
gratuita en el maravilloso salón de actos de la Biblioteca de Bidebarrieta en
el casco viejo bilbaíno, en el centro de Bilbao muy bien comunicado con trasporte
público, con aparcamiento en la proximidad y de fácil acceso peatonal.
¿A qué se debe esta falta de interés de los profesionales
de la PCI? Quizás la respuesta a esta pregunta nos diese para una tesis
doctoral, pero sin pretender realizar una análisis demasiado profundo voy a apuntar
algunas de las posibles causas.
1.
La primera, es que creo que el sector de la
protección contra incendios no es un sector “muy profesional” en especial el
subsector de los instaladores y mantenedores de protección contra incendios. Aunque
haya grandes profesionales en el sector, esto es indudable, creo que son la excepción
a la norma general. Muchos de los empresarios y técnicos de estas empresas que se
dedican al mantenimiento de las instalaciones de PCI podrían mantener
instalaciones frigoríficas o lavadoras con el mismo poco entusiasmo la seguridad y la calidad. Muchos de estos
empresarios de PCI nunca han hablado con el jefe de Bomberos de su ciudad, ni
le conocen. Un dato que conozco y que puedo compartir, es que de las aproximadamente
1.000 empresas que hay en España relacionadas con la instalación y
mantenimiento de equipos de PCI, apenas 50 eran suscriptoras de la revista técnica especializada
“Prevención de Incendios”, editada por la APTB, lo que denota la poca tecnificación (profesionalidad) de estas empresas o lo que es lo mismo, el escaso interés que suscita la
información técnica en la que adquirir conocimientos relativos a la profesión o mantenerse al día sobre lo que
ocurre en el sector. Así pues, poco debe sorprendernos la poca asistencia a esta
jornada.
2.
La segunda, es que los temas que se tratan habitualmente
en estas jornadas pierden “fuelle”. Hace mucho tiempo que no hay demasiadas novedades
en la legislación y normativa de PCI, que siempre son un buen reclamo en las jornadas
divulgativas y tampoco se producen demasiadas innovaciones tecnológicas en PCI,
que por otra parte son transmitidas de forma directa e inmediata por los
fabricantes a los clientes y usuarios, en cuanto aparecen en el mercado. Así que algunos pueden tener la impresión, en su ignorancia, de que que ya se lo saben todo
y que asistir a la jornada es una pérdida de tiempo y no les aporta nada nuevo.
3.
La tercera, es el protagonismo que gustan de
asumir los organizadores. En Bilbao, al primer día del Fuego celebrado hace cuatro años
asistieron casi 200 personas, hace tres años 140, hace dos, casi 100, el año
pasado sobre 60, y este año 40. Aunque estas cifras son una estimación se ve claramente la tendencia. Es el momento de unir
fuerzas para convocar eventos de este tipo. Pienso que si se hubiese co-organizado
esta jornada en colaboración con otras asociaciones nacionales y otras
entidades regionales se haría podido obtener una mayor difusión de la celebración de la misma y la convocatoria habría producido una asistencia de más del
doble de profesionales. Estoy seguro de ello.
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