Lamentablemente no podemos decir lo mismo de los dos
anteriores accidentes aéreos en que se vio implicado el Gobierno Español: el
YAK-42 que se estrelló en Turquía en 2003 con 62 militares españoles a bordo, y
el accidente del avión MD-82
de la compañía española Spanair en el aeropuerto de Madrid el 20 de agosto de
2008 en que murieron 154 pasajeros (2).
La gran pregunta
La pregunta que se nos ocurre de inmediato al comparar la gestión de las autoridades españolas y francesas es: Si se reconoce que FRANCIA tiene una gran organización de emergencias. ¿Por qué no la copiamos?
La pregunta que se nos ocurre de inmediato al comparar la gestión de las autoridades españolas y francesas es: Si se reconoce que FRANCIA tiene una gran organización de emergencias. ¿Por qué no la copiamos?
No es más caro, a los contribuyentes nos resultaría
bastante más barato. La duplicidad de organizaciones que operan en una
emergencia en España resulta ineficiente.
Una hipótesis de trabajo
Hace un tiempo preparando una ponencia en una ciudad portuaria para un curso de la Universidad de verano, sobre la coordinación (o sobre la descoordinación) en las grandes emergencias y aprovechando que España se está convirtiendo en un país de grandes cruceros marítimos, presenté una hipotética situación: un accidente marítimo de un barco crucero en nuestra costa. Algo así no es ciencia ficción, ocurrió en el buque Costa Concordia naufragado en 2012 en la costa italiana frente a la Isla Giglio (de poco más de 1.500 habitantes), en Toscana, lo que requirió la evacuación de los más de 4.000 pasajeros y tripulantes a bordo, superando los rescatados en mucho el número de la capacidad de albergue de la isla. Este caso me sirve ahora para realizar unas disquisiciones sobre la complejidad de la coordinación en un accidente de este tipo y para preguntarnos sobre la preparación que tenemos en España para afrontar un incidente similar.
Hace un tiempo preparando una ponencia en una ciudad portuaria para un curso de la Universidad de verano, sobre la coordinación (o sobre la descoordinación) en las grandes emergencias y aprovechando que España se está convirtiendo en un país de grandes cruceros marítimos, presenté una hipotética situación: un accidente marítimo de un barco crucero en nuestra costa. Algo así no es ciencia ficción, ocurrió en el buque Costa Concordia naufragado en 2012 en la costa italiana frente a la Isla Giglio (de poco más de 1.500 habitantes), en Toscana, lo que requirió la evacuación de los más de 4.000 pasajeros y tripulantes a bordo, superando los rescatados en mucho el número de la capacidad de albergue de la isla. Este caso me sirve ahora para realizar unas disquisiciones sobre la complejidad de la coordinación en un accidente de este tipo y para preguntarnos sobre la preparación que tenemos en España para afrontar un incidente similar.
Pensemos en una ciudad portuaria
española, zona marítima y turística por la que pasan y atracan un buen número
de buques de pasaje; imaginémonos un accidente –colisión con otro barco mercante y
hundimiento del crucero (con o sin incendio)- con cientos o miles de pasajeros a bordo
mientras realiza la maniobra de entrada o salida del puerto.
Veamos ahora las autoridades,
instituciones, organizaciones, entidades y otras personas que podrían
intervenir en el siniestro:
1.
El Capitán del barco afectado.
2. Los Capitanes de los buques próximos.
3. El Capitán marítimo -Capitanía marítima-.
4. El Director del puerto -Autoridad portuaria-.
5. El Capitán del Puerto Deportivo -Comodoro-.
6. El Director General de la Marina Mercante y Salvamento Marítimo.
7. El Alcalde del municipio donde ocurre el
accidente y su organización de Protección civil.
8. Los Alcaldes de los municipios próximos y sus
Protecciones civiles.
9.
El Subdelegado del Gobierno y
su estructura de Protección civil.
10. El Delegado del Gobierno en la Comunidad
Autónoma.
11. El Presidente de la Comunidad Autónoma.
12. Protección Civil de la Comunidad Autónoma.
13. Los Centros de recepción de llamadas 1-1-2.
14. Cuerpos de Bomberos municipales.
15. Cuerpos de Bomberos provinciales.
16. Cuerpos de Bomberos autonómicos.
17. Cuerpos de Bomberos de empresas privadas.
18. Lanchas de Salvamento marítimo y Compañías de remolcadores.
19. Policías Locales municipales.
20. La Policía Autónoma.
21. Guardia Civil -Guardia Civil del Mar-.
22. Policía Nacional.
23. La UME.
24. Cruz Roja Española y Cruz Roja del Mar.
25. Embarcaciones de vigilancia fiscal
–Hacienda-.
26. Organizaciones y Asociaciones humanitarias y
de socorrismo.
27. Ambulancias de emergencia sanitaria –061-.
28. Sanidad Exterior.
29. Autoridades de Inmigración.
30. Autoridades de Medio Ambiente.
31. Servicios de asistencia y acción social.
32. Grupos de voluntarios.
33. Medios de Comunicación.
34. Políticos.
35. Espontáneos.
36. Curiosos.
37. Instituto de Medicina Legal (Forenses).
38. El Juez.
39. Las Autoridades religiosas.
40. Las distintas embajadas y consulados de los
países de las víctimas.
A todos los mencionados se pueden sumar otras cuantas entidades
particulares que se presentan en el lugar cediendo sus medios para colaborar.
¡Menudo lío! A nadie se le escapa
que un accidente de esta magnitud con este número de autoridades, agencias y agentes
queriendo ayudar será poco menos que caótico. Las autoridades nacionales de
protección civil, poco expertas en gestión de accidentes marítimos (tan duchos
en las cuestiones marineras como el Duque de Medina-Sidonia comandante de la
Armada Invencible) poco podrían hacer (acordémonos del Prestige).
Sin embargo, a pesar de nuestra
falta de previsión y planificación, un accidente marítimo como el que ocurrió al Costa
Concordia podría ocurrir en nuestras aguas el día menos pensado. El accidente
marítimo, en sí mismo, puede ser una competencia del Ministerio de Fomento, las
Autoridades portuarias o Capitanías marítimas, pero el acogimiento, atención y albergue
de miles de pasajeros náufragos es una competencia ineludible de protección
civil.
Consejos
Así pues, me voy a permitir un par de consejos para nuestras autoridades de Madrid y de las CCAA:
Así pues, me voy a permitir un par de consejos para nuestras autoridades de Madrid y de las CCAA:
1º.- Una gran aportación a la coordinación
que podrían hacer nuestras autoridades sería simplificar o reducir el número de servicios
de emergencia existentes en el Estado. ¡Como en Francia!
2º.- Las autoridades de protección
civil deberían ir pensando en una Directriz básica para estos accidentes
marítimos que tienen grandes repercusiones en tierra. ¡Ahora, antes de que
ocurran!
(2) EL ACCIDENTE AÉREO DE SPANAIR Y LA GESTIÓN DE CRISIS, José Vicente García Santamaría.
Fecha de publicación: 20 de abril de 2015
Fecha de publicación: 20 de abril de 2015
Buenas tardes Javier, Excelente tema. Las sociedades modernas, con su excelente calidad de vida, muchas veces crean una falsa sensación de seguridad en las personas, la gente cree que todo tiene que estar controlado, vivo a la orilla de un rio y este debe ser a prueba de desbordes, quiero cenar en Zarautz sabiendo que una ola de 10 metros de altura no puede arrasarme. ¿Porque? Son hechos que han ocurrido y seguirán ocurriendo con o sin personas. Y esto puede suceder en cualquier parte. Alguien podía preveer que en un pequeño pueblo de 4000 habitantes llamado Lockerbie podía caer un Avion jumbo? Alguien se imagina que pudieron sentir los servicios de emergencia de ese pueblo?
ResponderEliminarAlgo grande siempre nos acecha, las sociedades modernas hacen estudios de riesgos, simulaciones por ordenador de diversos eventos, hoy en día podemos prevenir la llegada de huracanes y tormentas perfectas, lluvias torrenciales con muchas horas de anticipación, como nunca antes se había hecho.
Una de las cuestiones fundamentales para estar preparados es sentir que algo nos puede dañar, nuestro sentido de vulnerabilidad nos hace ser más previsores Has mencionado a los Franceses yo agregaría a dos sociedades con excelentes servicios organizados, Alemania e Inglaterra. Las tres naciones tienen algo en común, en los últimos 100 años fueron muy vulnerables en dos guerras atroces, ante una catástrofe de amenaza externa. ¿Porque somos diferentes a ellos en la gestión de emergencias si también sufrimos eventos duros? Cada sociedad tiene sus características, los países anglosajones vienen extinguiendo organizadamente incendios desde hace mas de 4 siglos La pregunta es… ¿Podemos ser como ellos? Solo un pequeño ejemplo, muchos de los Bomberos de la zona donde cayó el avión de Lufthansa, en Francia son voluntarios y tienen una certificación de rescate. Tenemos bomberos así en España? Claro que sí, pero si están extinguiendo un incendio en un puerto como ocurre todos los días en los puertos del mundo y alguien que no es bombero ordena sacar el buque mar adentro, se acabó la comparación Si en un determinado hecho tienen injerencia 10 instituciones y 47 personas gestionan cosas diferentes, que ordenan acciones incluso sobre los que más saben de emergencias algo no funciona,. Somos europeos, bajo leyes y normas europeas, pero determinadas cuestiones las hacemos a la “española” burocratizando al máximo la gestión como bien dices en casi todos tus artículos.Nuestro sistema de gestión de emergencias tiene problemas- Creo que deberíamos priorizar que la emergencia es para los que SABEN de ello, todos los demás deberían subordinar sus funciones a quienes gestionan estas cosas, pues si no, uno tiene la sensación de que todo parece improvisado y para peor salen a decir siempre, que todo ESTA BAJO CONTROL…….
Darnos cuenta de ello es ya un paso significativo, concientizar es otro, la gente debe saber que SOMOS VULNERABLES a ciertos eventos Si mi casa esta en medio de un pinar debo saber que no es seguro. Si vivo cerca de un polígono donde se manejan químicos, no es posible considerar normal 4 bomberos y dos sanitarios de guardia para dos ciudades.
Y finalmente terminar con el elitismo político y operativo. Gestionar es entre otras cosas es; gobernar, disponer dirigir, ordenar u organizar una determinada cosa o situación.
Pues para un evento grande no necesitamos que todos sean de ELITE, (como suelo leer en los foros) está demostrado que el 80 % de los rescates y atenciones en zonas de grandes desastres los brinda la gente común. Una ayuda fundamental cuando estos equipos super entrenados deben actuar en áreas estratégicas. Necesitamos líderes y maestros para encauzar la ayuda y para potenciar la preparación, debemos ser sinceros, primero con nosotros mismos ejerciendo autocritica y luego trabajando desde las bases, con niños, jóvenes, adultos, ancianos. Todos pueden ser útiles en la catástrofe que va suceder, tarde o temprano en algún rincón del país. Un saludo, Nuevamente perdón por la extensión de un tema que me apasiona.
Hola Daniel,
ResponderEliminarNo te excuses por la extensión de tus comentarios. Tus aportaciones son muy interesantes.
Un saludo.