jueves, 30 de abril de 2015

Incendios y Síndrome de Diógenes (II)

En la primera parte de este artículo se explicaban las caraterísticas del síndrome de acumulación, en la segunda entrega de este artículo se plantea qué hacer ante este fenómeno y como tratar el Síndrome de Diógenes desde los servicios públicos y como realizar la prevención para evitar que el comportamiento de estas personas produzca graves riesgos para otras.

Si aplicamos los procedimientos de gestión de riesgos, la primera medida sería la identificación del riesgo, es decir reconocer e identificar aquellas viviendas en las que su ocupante, que generalmente vive en soledad, padece algunos de estos trastornos, síndrome de Diógenes o de acumulación, que acrecienta el riesgo de incendio generando una mayor peligrosidad para su persona y para sus vecinos.

El riesgo
Desde el punto de vista de la protección contra incendios el riesgo se magnifica pues la la carga de fuego se puede multiplicar por diez o más, convirtiendo toda la vivienda en una hoguera incontrolable, imposible de apagar:
-       se incrementan las posibilidades de inicio del incendio por haber material combustible por todas partes,
-       se multiplica la velocidad de propagación no solo por la gran cantidad de combustible, sino porque es imposible poder cerrar las puertas y limitar el incendio a una sola habitación.
-       Hay innumerables testimonios de los bomberos que han intervenido en estas viviendas que cuentan:
o   que la virulencia del incendio impedía toda aproximación
o   que era imposible avanzar por los pasillos para llegar al foco del incendio
o   que era imposible llegar a las ventanas para abrirlas y ventilar el fuego.

Por estas razones, este tipo de incendio suele acabar con la destrucción total de la vivienda y muchas de las viviendas colindantes.

Identificación
Esta identificación no es fácil, pues las personas que padecen estos síndromes no suelen tener mucho contacto social y evitan recibir visitas en sus viviendas, tanto de familiares y amigos como de sus vecinos. Si bien aquellos que padecen síndrome de Diógenes se pueden reconocer por su aspecto descuidado y sucio, otras personas que padecen del síndrome de acumulación compulsiva no llaman la atención pues no descuidan su higiene personal, ni su aspecto, por lo que resultan más difíciles de reconocer.
 
Me consta que hay casos en que el servicio de bomberos en las labores de extinción de incendios o un rescate o en cualquier actuación en que se accede a alguna vivienda y se encuentra con una situación de acumulación de objetos o basuras, se recoge en el parte de actuación para que pueda ser trasladado a los servicios sociales de ayuntamientos o diputaciones y se realice algún tipo de intervención. También los servicios de emergencia sanitaria suelen dar este tipo de alerta a los servicios sociales. A veces son los propios familiares los que denuncian una conducta irregular. En otros casos, cuando se trata de edificios de viviendas colectivas, es algún vecino o la comunidad de propietarios la que denuncia al ocupante de una vivienda por malos olores, o por presencia de roedores o insectos. La amenaza de denuncia o la denuncia ya interpuesta deteriora la convivencia del enfermo con su vecindario y a veces provocan arrebatos de agresividad en el denunciado con amenazas de dar fuego al inmueble o de otra índole que perturba aún más la convivencia. Debido al comportamiento agresivo de algunos afectados por el síndrome, a veces ningún vecino quiere presentar la denuncia por el temor a represalias.
 
Los médicos de familia pueden jugar un gran papel en la detección precoz de estos síndromes, especialmente en las visitas médicas a los domicilios, pudiéndose a partir de ahí iniciar un tratamiento psiquiátrico efectivo.
 
Una vez identificada la vivienda con este riesgo o a la persona con este síndrome hemos dado un paso importante en la prevención. Pero, ¿qué se puede hacer? Si no hay un tratamiento adecuado el comportamiento se volverá a repetir.
 
Intervención Policial
Si todos los intentos amistosos de acercamiento para tratar de resolver la situación han fallado solo se puede actuar tras una denuncia. Tras la denuncia suelen ser las policías locales las que intentan realizar una inspección en la vivienda junto con algún trabajador social o inspector de salud pública o sanidad, pero si la persona denunciada no abre la puerta o bien no permite el acceso a la vivienda, es entonces cuando se solicita por vía judicial la realización de una inspección (que suele ser autorizada) para comprobar la veracidad de los hechos denunciados y con posterioridad intervenir mediante la limpieza, y la asistencia social o el tratamiento médico correspondiente (En la siguiente entrega de este artículo daremos un repaso a la legislación que permite la actuación de los poderes y servicios públicos en estos casos).

Podemos pensar que cuando se produce una intervención de los servicios municipales y se limpia la vivienda ya se ha resuelto el problema, pero no suele ser así. Las limpiezas a fondo de estos hogares, como única medida, sin el consentimiento del dueño suelen fallar, pues los acumuladores suelen experimentar una angustia extrema y pueden apegarse más a sus posesiones. Se puede gastar dinero público en la limpieza y repetirse el problema al poco tiempo, repercutiendo negativamente al generar rechazo de ayuda en el futuro(3).

 
Tratamiento preventivo
Imagino que muchas de las personas que padecen estos síndromes consideran que su comportamiento les proporciona un beneficio y por lo tanto, lo ideal para prevenirlo o evitarlo sería convencer a quién padezca de estos síndromes de que sus hábitos son muy perjudiciales para él o ella. Pero se me escapa cómo podría conseguirse tal objetivo que supongo que corresponde definir y abordar a los expertos en trabajos de acción social y de la psiquiatría. Mientras tanto, la sociedad, la comunidad, y la administración y sus servicios públicos han de estar atentos para detectar estas conductas y evitar que puedan ser perjudiciales para los demás.
 
En algunos casos diagnosticados con Síndrome de Diógenes, se ha reportado que tras el ingreso del paciente en una residencia se ha producido una buena adaptación. En otros casos, de Diógenes pasivos, puede resolverse el problema mediante la limpieza diaria del hogar a cargo de otra persona. En ambos casos la compañía humana parece ser un buen antídoto.

Creo que aún está por demostrar si el síndrome de Diógenes propicia y determina un comportamiento solitario o bien es la soledad la que favorece la aparición del síndrome de Diógenes.

Se asegura que hay tratamientos psico-farmacéuticos con los que al parecer se obtienen buenos resultados.
 
Cómo evitar estas muertes
Es triste descubrir esta situación durante o después del incendio en el que ha muerto la persona que padecía este síndrome. A veces la acumulación es tan grande que impide a su ocupante la movilidad por la vivienda, teniendo obstruídos pasillos y puertas de salida que disminuyen gravemente la posibilidad de escapar de un incendio cuando este se produce.

Y ya no podemos hacer nada para prevenir esta muerte. Lo deberíamos haber hecho antes.

La tercera parte de este artículo tratará de la legislación aplicable al síndrome de acumulación.


(3) IOCD -International Obsessive Compulsive Disorder- Foundation. Boston. ¿Qué es el síndrome de acumulación compulsiva?

Publicado el 30 de abril de 2015

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