miércoles, 16 de diciembre de 2015

Fábula de los rotativos azules

En el artículo anterior comentaba la decepción que siento por el engaño del gobierno en esta legislatura por no haber aprobado que los vehículos de emergencia puedan llevar luces prioritarias azules. No es fácil entender que durante tres veces se hayan aprobado en el Congreso de los Diputados español (en la Comisión de seguridad vial) tres Proposiciones No de Ley (PNL) por unanimidad -es decir con la aquiescencia de quien gobernaba- que obligaban al gobierno a regular que los servicios de emergencia podrían portar rotativos azules.


Cuesta entender que un gobierno pueda actuar en contra de sus propias decisiones y en contra de las decisiones aprobadas en la Comisión de Seguridad Vial por todos los grupos políticos sin excepción, así que me permito especular que este asunto, aunque parece estar siendo objeto de un maleficio, su fatal desenlace debe tener alguna explicación más humana que sobrenatural (como la que imagino a continuación).

La fábula
<<Imaginemos un día cualquiera al ministro de Presidencia sentado en la mesa de su despacho. Su secretaria acaba de notificarle que tiene una importante visita que no estaba en su agenda; está sorprendido al escuchar el nombre y cargo del visitante. Poco después, tras un par de toques en la puerta del despacho, vio entrar a su secretaria dando paso a un militar impecablemente uniformado.

—Muy buenos días, Sr. Ministro —dijo el visitante cordialmente.

—Muy buenos días —le saludó desde detrás de la mesa, levantándose ante la visita inesperada y mirando directamente a su interlocutor. Rodeando la mesa, dio un par de pasos al frente y alargó el brazo hacia él extendiendo la mano.

Mientras el militar se presentaba, se saludaron con un enérgico apretón de manos.

—¿Qué se le ofrece, mi general? —Aunque las autoridades civiles no están sometidas al poder militar sino más bien al revés, el tratamiento “mi general” es una deferencia que aún se mantiene, sobre todo entre los políticos de los gobiernos de derechas, aun cuando la formula correcta sería llamarle señor, o por el nombre o por su rango seguido del apellido, o bien “general” a secas.

Es sabido que los generales del ejército español gozan de un poder tal que pueden presentarse directamente en el despacho de un ministro sin aviso previo; lo han hecho siempre desde el golpe de estado militar del 36 y no están dispuestos a perder tal privilegio. En este caso el general de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no es una excepción.
—Pues mira ministro, no quiero quitarte mucho tiempo —dijo tuteándolo.
El ministro, incómodo ante la invasión intempestiva, se alegró por el anuncio de la brevedad de la interrupción de sus tareas, y aceptando el tuteo, le animó a proseguir:
—Tú dirás.
—Mi visita tiene por objeto trasladarte la preocupación del cuerpo por un asuntillo de la Dirección General de Tráfico, que se puede resolver fácilmente.
Estas palabras hicieron que el ministro sonriese y mostró su buena disposición a escuchar a su visitante invitándole a sentarse en el sofá, situado en el extremo más luminoso de su despacho.
—Siéntate, por favor.
—Gracias.
—Bueno, cuéntame —dijo el ministro, intrigado.
Tras acomodarse en sus asientos, el general comenzó su explicación.
—Desde hace varios años, algunos grupos están enredando para que todo el mundo —exageró— lleve las luces azules de policía y han conseguido que se modifique un artículo del nuevo Reglamento para darles satisfacción. Sabes que siempre los vehículos policiales se han distinguido por las luces rotativas azules; cuando ves un coche con luz azul, inmediatamente sabes que es un coche policial. Pues bien, si se aprueba el reglamento de tráfico como está redactado el proyecto, esto se acabó. Las carreteras españolas serán un mar de confusión. Imagina un viaje de Madrid a Valencia: en este trayecto puedes encontrarte unos dos o tres coches de policía y en cuanto ves que llevan luces azules los identificas inmediatamente con la autoridad; son los que velan por tu seguridad.

—Pero, eso ¿continuará siendo así no? —le interrumpió el ministro.

El general, tomó aire y continuó su discurso, desorbitando la realidad.

—Si el despropósito de este Reglamento sale adelante, podrás encontrarte en este recorrido, con decenas de coches, camiones y furgonetas con rotativos azules sin que sepas quiénes son: bomberos, ambulancias, vehículos de los voluntarios de protección civil de cada pueblo; hasta las grúas podrían llevar luces azules. Serán cientos de vehículos sin orden ni concierto los que sembrarán una confusión fatal. No tienes que extrañarte que estemos indignados en la Benemérita, que llevamos años cargando con la responsabilidad de la seguridad en las carreteras españolas. Por eso estoy aquí —enfatizó, gesticulando con las manos—: ¡Esto no se debe permitir!

—Pero, este asunto depende de Tráfico, ¿no?
—No, no. Este borrador se está tramitando desde tu Ministerio, desde Presidencia.
—Ignoraba que entrañase estos cambios, no me han informado de esto.
—Pues así es, siento decírtelo —aseveró el general, rotundo—. Espero que no sea tarde para rectificar.
—Pero…, habrá algún tipo de oposición si ahora cambiamos el proyecto, el borrador ya está circulando… Me preocupa que haya alguna reacción.
—Por eso no te preocupes —aseguró, quitándole importancia—, ya hemos hablado con la asociación de bomberos más representativa de bomberos que está en Madrid y ellos no quieren las luces azules. A la Federación de Municipios y Provincias tampoco le va nada en este asunto, es más una cuestión de los vascos y catalanes que ya han puesto las luces azules por su cuenta sin autorización de la DGT. Y ya sabes, desde la Guardia Civil no podemos hacer nada; lo único que está en nuestras manos es que nuestros agentes sancionen a sus coches de bomberos cuando salgan a intervenir en las provincias limítrofes.
—¡Ya! —cortó el ministro, que no le gustaba la deriva de la conversación—. ¿Y tenemos alguna propuesta alternativa?
—Sí, claro que la hay —dijo sonriendo—: Dejar el texto del Reglamento como estaba.
—Sí, pero… A ver como se lo explicamos al ministro de interior y al director de tráfico -manifestó el ministro, pesaroso.
—El ministro de interior ya lo sabe, ya hemos hablado con él —afirmó, utilizando el plural, para dar a entender que no era solo cosa suya y que había varios interesados en el tema—: Está de acuerdo.
—Pero, habrá que redactar un nuevo borrador.
—No, no será necesario. —Hizo una pausa, sosteniendo la mirada al ministro—. Simplemente, cuando mandéis el Reglamento definitivo a publicar al BOE, dejáis la redacción de ese punto sin modificar; como estaba antes.

—Seguro que habrá alguna protesta —alegó el ministro, mostrando cierta preocupación.

—No, no la habrá, ya verás —aseguró con aplomo—, en todo caso, si algo no saliese bien y hubiese algún tipo de queja generalizada, no se trataría de nada irreparable, tu gabinete siempre podrá decir que ha sido un error mecanográfico. Y en última instancia, si no quedase más remedio, estaría la argucia de la rectificación mediante una corrección de errores en el BOE. Pero te aseguró que no pasará nada; este asunto no interesa a nadie. Por intentarlo, no tenemos nada que perder.
—Bueno, bueno, pues siendo así, lo estudiaremos. De momento, lo que podemos hacer es ralentizar su tramitación —aceptó el ministro, zanjando el asunto, con aire de complicidad. Se dio cuenta en ese instante que el color verde de su corbata de seda, aunque un poco más brillante, era exactamente del mismo tono que el uniforme de la Guardia Civil.
La conversación continuó amistosamente durante unos minutos. El general no le dijo al ministro de Presidencia que el cambio del Reglamento de Tráfico estaba motivado por una Proposición No de Ley de la Comisión de seguridad vial del Congreso de los Diputados, ni que en ningún país de Europa existe una luz para distinguir los coches de policía, ni le puso al corriente de que en Europa todos los vehículos de emergencia llevan luces azules…
Varios meses después se publicó el nuevo Reglamento sin modificar ni una coma para aceptar que los vehículos de emergencia llevasen luces azules como en Europa, despreciando y contraviniendo el mandato del Congreso al Gobierno. Se había dado un golpe de estado administrativo, en que la voluntad de un militar se había impuesto una vez más sobre la voluntad civil de los españoles representada en el Congreso de los diputados. El general, el ministro demócrata y todos sus cómplices se pasaron el Parlamento y su PNL por... el arco de triunfo.>>


Moraleja
Por si alguien no la ha deducido aún: Los servicios de emergencia en España no llevarán luces de prioridad azules como los países de las democracias europeas mientras la Guardia Civil mande más que el Parlamento.
ADVERTENCIA: Cualquier parecido de esta ficción con la realidad podría ser fruto de la coincidencia.


Publicado el 16 de diciembre de 2015



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8 comentarios:

  1. Javier tengo un respeto muy grande por todo lo que escribís, te noto bastante enojado, tal vez disienta contigo pero lo hago desde el máximo respeto y admiración por lo que haces. Pero mira, tengo la suerte de formar parte de los servicios de emergencia de este país y me forme en otro durante muchos años, por lo que tal vez tenga una visión ni mejor ni peor pero diferente de algunos aspectos. Todos los logros generales para los servicios, llevan muchos años de dialogo, broncas, negociaciones fallidas. Un jefe de bomberos voluntarios de argentina al que admiro decía que para encarar algunas cosas "hay que hacer gimnasia de dialogo" Nosotros queríamos un sistema nacional de bomberos pero estábamos tremendamente fracturados. Entonces un sistema sufria su propia enfermedad, Sin seguros, sin subsidios, sin apoyos, sin pensiones, pero si no hay un representante o interlocutor valido, apoyo organizativo y un idioma coherente y común para negociar todo se pierde. Pasa nuestro problema a España y ves que no hay un interlocutor o varios que sean eminentemente representativos del sistema de emergencias que estén de acuerdo en un objetivo común. Por otra parte, veo que ese aspecto, también se traslada al sistema de emergencias europeo, para este humilde bombero sudamericano, parece INCREÍBLE que La Comunidad Europea no regule aspectos significativos de los servicios de emergencia que circulan entre países. particularmente ambulancias o que no este formado un equipo de bomberos y sanitarios europeos para ayuda, O sea da lo mismo que se use una cosa u otra.Cuando todo debería encajar como un puzzle en caso de operaciones conjuntas. En mi país la culpa de todos los males la tenían los bomberos de la Policía y los políticos que no escuchaban y dale con eso durante 50 años. Los humanos siempre andamos buscando monstruos que nos perjudican, Que los del ejercito aquí, que los voluntarios allí, que los policías allá, que los políticos del otro lado, cuando la solución tal vez pasa por esa gimnasia que deberíamos practicar, que abre mentes y logra pequeños acuerdos que se convierten en grandes proyectos y realidades. No podemos sumar restando y restando no se puede negociar ni siquiera los pirulos azules. Y menos con gente que esta tremendamente estructurada y sabe que nuestro sistema de emergencias esta diluido en miles de pequeños sistemas que no se ponen de acuerdo en casi nada. Hagamos gimnasia de dialogo, puede ocurrir un milagro y tal vez alguien decida poner los pirulos azules o un sistema de bomberos con miles de profesionales mas y voluntarios certificados., En mi país llegamos a casi 50.000 bomberos entre pagos y voluntarios pero no fue un milagro eso ocurre muy de vez en cuando, fue luchar, discutir con nuestros propios compañeros este mes han salido leyes apoyadas por bomberos pagos y voluntarios logradas por TODOS. encendamos la luz para poder ver las cosas de otra manera. Los servicios de emergencia de España tienen un potencial enorme para lograr algo mas que pirulos azules. DESPIERTEN, USTEDES VALEN MUCHO. Un saludo respetuoso y cordial.

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    1. Pues no, Daniel,
      no estoy enojado, tan solo estupefacto porque estas cosas, casi increibles, pero ciertas, ocurran en mi país.
      Todo lo que he contado en el artículo anterior es cierto, he estado reunido con altas instancias de distintos gobiernos y todos nos prometieron que lo resolvían de inmediato hasta que poco después nos confesaban que había aparecido un duende -ver artículo sobre el duende de Pedro Anitua en la seción Vuelta y vuelta de la revista Emergencia 112- (ahora no sé el número pero en cuanto lo mire, te lo digo), que convertía nuestra reivindicación en inalcanzable(creo que el duende era verde y ya se sabe que los duendes verdes tienen mucho más poder). Incluso una vez nos chantajearon con que para el duende no habría inconveniente en que los coches de bomberos llevasen lucen azules, que lo aceptaba, pero de ningún modo las ambulancias; que nos olvidasemos de que los voluntarios de ambulancias, y mucho menos los de protección civil pudiesen llevar luces azules. Ahora dudo de si hicimos bien rechazando la oferta, por ser honestos y mantener nuestra coherencia; quizás no fue la estrategia más acertada.
      Saludos,

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  2. El ministerio del interior francés, acaba de Twitear una foto diciendo con orgullo que sus bomberos son el 80% voluntarios. Sus ambulancias tanto como las de Cruz Roja llevan las luces azules. Unos compañeros realizaron un traslado de un paciente Paris - San Sebastian y no pudieron colocar los rotativos para no incumplir la ley de transito francesa. Me parece no solo increíble, me parece discriminatorio y un grave riesgo al que el estado esta sometiendo a sus bomberos, sanitarios e integrantes de la protección civil, pues es imposible identificar en una carretera de noche si a 500 metros delante hay un accidente u obras. Si circula un camión con carga especial o tractor o un camión de bomberos esta detenido operando. Creo que hay que denunciar esta situación a la justicia. Pero no veo que ningún representante lo haga. Mientras tanto nos jugamos el cuerpo en las carreteras. Saludos cordiales.

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  3. Daniel,
    No sé si lo que hay que hacer es denunciarlo. Yo ya estoy mayor como para decir lo que hay que hacer. Además, ya tuve mis oportunidades para conseguirlo y el resultado ha sido un fracaso, ahora deberán ser los de la nueva generación quienes den los pasos adecuados para lograr lo que los anteriores no logramos. Al menos ahora tienen identificado al duende verde, que nosotros no sabíamos que existía.
    Saludos,

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  4. El artículo de Pedro Anitua al que me refería se llama "el rotativo azul" y salió publicado en revista n° 59 de octubre de 2005, hace ya 10 años.

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  5. Lo malo, que a Bruselas se le está pagando una "multa" por no cumplir con esta norma al igual que en el resto de Europa...

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  6. José Mari,
    No hay ninguna norma europea sobre este asunto, ni ninguna multa que pagar...
    No sé quién te ha contado eso, pero no es cierto, ni correcto. No divulguemos bulos que no benefician a nadie.
    Saludos,

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  7. De nuevo el Congreso ha aprobado por cuarta vez, el cambio al azul. Sabe alguien si el Duende ha sido abducido? O seguiremos como siempre.....

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