miércoles, 25 de junio de 2014

¿Abejas Protegidas?

Un periódico nacional publicaba a primeros de mayo, en su edición regional, una entrevista de página completa a un jefe de bomberos a propósito de las actuaciones de su servicio para recoger abejas que se produjeron con una frecuencia de una vez al día en el último mes. Está bien que los medios de comunicación se preocupen por la actividad de los servicios de bomberos y que los jefes de bomberos puedan contar a la sociedad los pormenores del trabajo del servicio público que se presta. Hasta aquí todo estupendo.

En la entrevista el/la periodista recoge que el jefe de bomberos recuerda que las abejas están consideradas «ganado semoviente, están protegidas y han de ser tratadas como tal». Del entrecomillado se deduce que la declaración del entrevistado es una cita textual. Y aquí está la madre del cordero, porque esta afirmación no es cierta en su totalidad. Es cierto que las abejas, como miembros de las colmenas, están clasificadas como semovientes por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y a la apicultura le es de aplicación la legislación como explotaciones ganaderas y por ello están sujetas a distintos permisos y licencias administrativas de las CCAA y de los Ayuntamientos, pero no es correcta la afirmación de que son animales protegidos.

Consultas al Ministerio de Medio Ambiente
En verano de 2010, ante la plagas de enjambres de abejas que había por toda la península, desde la APTB mantuve contactos telefónicos con la Subdirección General de Ganadería y con el Servicio de Bienestar Animal del Ministerio de Medio Ambiente.

El Servicio de Bienestar animal me dejó claro que no se ocupan de los animales invertebrados ni de los insectos y que las abejas no son animales protegidos y que en todo caso la seguridad de las personas ha de estar por encima de la protección a los animales.
Desde la Subdirección General de Ganadería me explicaron:
- Que lo regulan como una explotación avícola o ganadera y que desde ese punto de vista, para ellos, son iguales las abejas que las ovejas.
- Que regulan la normativa básica de ordenación de las explotaciones agrícolas y que de ellos dependen también las explotaciones apícolas, pero que, no tienen competencias, ni hay regulación sobre protección de las abejas.
- Que no existe ninguna disposición que impida su eliminación.
- Que cuando la aparición de las abejas se convierte en plaga, a veces les llaman los particulares para indicar que hay una colmena y solicitar su retirada y que ellos mismos recomiendan avisar al servicio de bomberos de la zona.

Legislación sobre protección animal
La legislación española de referencia en la protección de los animales es la Ley 32/2007, de 7 de noviembre, para el cuidado de los animales, en su explotación, transporte, experimentación y sacrificio. Esta Ley que es fruto de la aplicación de numerosas Directivas y Reglamentos de la Comisión Europea trata de proteger el bienestar animal y preservar a los animales del sufrimiento y es de aplicación exclusiva a los animales vertebrados.
 
Para contrastar la información del Ministerio de Medio Ambiente he realizado una consulta con el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia (por aquello de las posibles competencias transferidas) y me han confirmado "que la abeja no se encuentra en el catálogo de especies silvestres amenazadas".
 
Otra cosa, es que las abejas europeas, entre ellas las abejas ibéricas, se encuentren amenazadas por la Avispa asiática, pero de esto hablaremos otro día.
 
Las abejas no están protegidas
Así pues, las abejas no son animales “protegidos”, no aparecen en las listas de animales en peligro de extinción, ni existe legislación europea ni española que los clasifique como animales protegidos. Sin embargo, sí existe abundante normativa que exige determinados requisitos de distancia desde los colmenares a núcleos de población, viviendas, carreteras y caminos, para proteger a la población de las abejas. Sí está protegido el abejaruco, un ave que come abejas y al que envenenan algunos apicultores.
 
Naturalmente, cualquier medida que tienda a preservar la conservación de las abejas es positiva. Recientemente quienes defienden las abejas se felicitaban por haberse aprobado una disposición europea que prohíbe unos pesticidas que eran perjudiciales para las abejas.
 
No vamos a discutir los beneficios que las abejas proporcionan a la humanidad en su infatigable tarea polinizadora pero no se debe tomar partido por las abejas olvidando que el objeto de protección del servicio de bomberos son las personas. En algunos parques de bomberos la defensa a ultranza de la recogida de abejas oculta el interés económico de algunos de sus miembros “bomberos-colmeneros”.

Intervención del servicio de bomberos ante la presencia de abejas
Los servicios de bomberos van atendiendo a los nuevos riesgos que amenazan a la sociedad y actualmente los ciudadanos que habitan en el ámbito urbano se sienten atemorizados ante la presencia de animales salvajes en un entorno que se ha planificado para uso exclusivo de los humanos y sus mascotas. Así, se considera una amenaza una piara de cerdos en una carretera, una vaca suelta en una calle, o una serpiente o un enjambre de abejas en un entorno urbano. Esto en una población rural no suele tener mayor importancia, pero hoy en día en las zonas urbanas es motivo suficiente para que se genere una alarma social.
 
Los humanos han sentido siempre temor de los insectos y son muchas personas las que sienten miedo de las picaduras de insectos y especialmente de las abejas, por lo que la presencia de un enjambre en un entorno urbano es considerada como una amenaza por lo que solicitan al servicio de bomberos su retirada inmediata.
 
Muchos servicios de bomberos se han especializado en atender este riesgo mediante técnicas eficaces de retirada de enjambres y su traslado, pero estos métodos no siempre son posibles con la rapidez que los ciudadanos amenazados exigen, por lo que en algunas ocasiones se debe proceder a su eliminación. La actuación más generalizada entre los servicios de bomberos consiste en la retirada de las abejas, pero en casos en que resulta imposible se considera su eliminación. Es una decisión que corresponde al mando de la intervención. No olvidemos que el 3% de la población española es alérgica a la picadura de estos insectos y que todos los años mueren unas 20 personas en España por picaduras de abejas, así que seamos conscientes de los riesgos.

Lenguaje más preciso
Aclarado que lo manifestado sobre la protección de las abejas por el jefe de bomberos es falso, me permito recomendar a los responsables y portavoces de los servicios de bomberos y de protección civil y emergencias ante los medios de comunicación que extremen el cuidado con nuestro lenguaje utilizando los términos con propiedad (y tengan cuidado con las aseveraciones rotundas como la que es objeto de esta reflexión) para conseguir ser autenticas autoridades en nuestras manifestaciones públicas.
Ya se sabe que lo que uno dice mal se le achaca a todos los demás.

Publicado el 25 de jnio de 2014.

3 comentarios:

  1. Buen artículo. Es un error muy extendido calificar a ciertos invertebrados como animales protegidos. En el caso de las abejas tal vez lo deberían ser, pero no es así.

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  2. Pues sí, quizas algún dia las abejas sean animales protegidos, pero hoy no lo son y no debemos decir lo que no es cierto. Por lo general, la sociedad ya trata las abejas como si lo fuesen y de hecho en el caso de la invasión de la avispa asiática (vespa velutina) hemos tomado partido por defender una especie (la abeja mielífera) a la que llamamos la nuestra y hemos decidido luchar contra la otra (velutina) a la que llamamos invasora, eliminándola como si no tuviese derecho a su propia expansión, en vez de esperar a que las dos especies alcancen su propio equilibrio, como finalmente acabará ocurriendo.
    Saludos,

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  3. Es una especie protegida y subvencionada en muchos aspectos, cada año se mueren un 30% en los colmenares y prácticamente no existen en estado silvestre. Si en vez de avisar A bomberos para q las mate gratis y urgente hubiera cultura de avisar A apicultores habría más enjambres. Su precio se ha duplicado en 10 años.

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