miércoles, 12 de agosto de 2015

El nombre de Bomberos (VI)

Tras las realidades descritas hasta aquí sobre los nombres utilizados en España para designar a los servicios de bomberos se torna en aventura realizar un pronóstico sobre la evolución que puede seguir el nomenclátor de los servicios de bomberos en España.

Para predecir el nombre del futuro debemos enumerar algunas de las variables que van a estar presentes a la hora de definir y marcar tendencias en este asunto de la denominación, que puede tener más transcendencia de la que aparentemente se le pueda dar:

-          La tradición que tanto pesa en estos servicios tenderá a mantener cada uno de los nombres existentes en cada lugar. Cada servicio de bomberos, sus administraciones, sus jefes, y sus plantillas intentarán ser refractarios a cualquier cambio que se quiera no ya imponer, sino innovar. A pesar de las denominaciones oficiales podemos ver como los escudos o emblemas, y en los textos: papelería, formularios e impresos de los servicios de bomberos se mantienen nombres distintos de los oficiales.

-          Los gestores públicos de la administración, como se ha visto en los artículos anteriores no son admiradores del nombre "bomberos" por lo que seguirá habiendo intentos de producir un cambio de nombres.

-          La plantilla de los servicios de bomberos públicos (sus sindicatos) difícilmente van a renunciar a sus  “derechos adquiridos” y por lo tanto no van a permitir que se les cambie el nombre del puesto de trabajo: “bombero”, que lleva asociada una determinada categoría laboral y un nivel administrativo, sin olvidar el derecho-privilegio de la jubilación anticipada que se puede ejercer a voluntad.



-          Algunas administraciones podrían intentar algún modelo diferente de emergencias y bomberos, y con ello aparecer nuevos nombres, pero a la vista de que las organizaciones de nueva implantación suelen ser clones de las que ya funcionan, replicando todos sus defectos, no parece probable que esto ocurra, o al menos yo no espero grandes innovaciones. ¡Ojalá me sorprendan!

-          Los nuevos reformistas, políticos o funcionarios bienintencionados, que quieran cambiar la administración de un plumazo, vendrán con ideas renovadoras pretendiendo nuevos nombres, que serán difícilmente aceptados y por lo tanto, es previsible que fracasen.


-          Los nombres “paraguas” genéricos como "agencia" o “protección civil” que pretendan imponer una supremacía jerárquica sobre el servicio de bomberos o los que busquen que el servicio de bomberos sea dependiente o una filial de una central receptora de llamadas como “Bomberos 112” están abocados al fracaso y no funcionarán. Las creaciones de estas super-direcciones, entes coordinadores, agencias, etc, suelen responder más a intereses de partidos, para poder gestionar estos entes al margen de los corsés administrativos, y poder crear nuevos cargos de alta dirección y repartirlos a conveniencia.  Otras veces, estos cambios de nombres son una expresión más de la tara de la administración española que está siempre más preocupada por las cuestiones formales que por la auténtica realidad de sus obligaciones: que es prestar servicios eficientes.
-          Los nombres raros o complejos no tienen futuro, pues no serán asimilados por el lenguaje coloquial.

-          La realidad, inapelable, alejará más a los bomberos de las bombas, por lo que su nombre dejará de estar asociado a los incendios. Sus cometidos tendrán cada vez más relación con otras tareas de atención a los ciudadanos, relacionadas con otros riesgos, pero no parece probable que en las dos próximas décadas se prescinda del popular nombre Bomberos para designar a toda la organización.

-          Como consecuencia de la globalización, la evolución de los servicios de bomberos de otros países de Europa y América también influirá en el devenir de los servicios españoles.

El BOE
En este asunto del nombre, no hemos de despreciar el poder del Boletín Oficial del Estado –BOE-, donde de los gobiernos ponen por escrito lo que piensan y lo que quieren que ocurra; y por el procedimiento de no nombrar lo que no desean que exista a veces consiguen que algo desaparezca. Algo así están intentando que ocurra con el nombre “Bomberos”. A través de la regulación de las competencias profesionales y los títulos profesionales van a conseguir que los “bomberos” no realicen estudios de bombero sino de Técnico en Emergencias y Protección Civil. Como se ha hecho en el Real Decreto 907/2013, de 22 de noviembre, por el que se establece el título de Técnico en Emergencias y Protección Civil y se fijan sus enseñanzas mínimas, las que se refieren al trabajo de bombero. El mismo día, en el mismo BOE se aprobó el título Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil , lo que serán los mandos de los servicios de bomberos. Ahora, en el BOE del día 28 de julio de 2015, se han aprobado los currículos de estas dos titulaciones(7). Poco a poco, el plan sigue su curso inexorable. Y los sindicatos de Bomberos, más preocupados por otros asuntos (la reclasificación automática al nivel C1, aumentar la guardia mínima para cobrar más horas extras, posicionarse contra el voluntariado y la externalización y mantener a toda costa la jornada continuada de 24 horas) no se enteran que puede estar su futuro en juego. En algunos casos, incluso, han sido cómplices de este atropello a cambio de unas migajas de formación en la Escuela Nacional de Protección Civil, pero esto es otra historia.


El nombre y las funciones
El nombre del futuro tendrá mucho que ver con el tipo de organización que se configure y el servicio que se preste. Los actuales servicios de bomberos se encuentran en un momento de crisis en que deberán encontrar su encaje a las necesidades sociales, o sea existir para aquello que les demanden sus ciudadanos. Como dijo un colega, que se autodefine como darwinista “el que no se adapta desaparece”, o lo que es lo mismo “el que no da servicio desaparece”, como desaparecieron los serenos, los colchoneros, los afiladores o los pregoneros.

El Cuerpo
Opino que el término Cuerpo, que fue tan popular en la administración española del siglo XIX que estaba gobernada por los distintos "cuerpos", pues era la máxima aspiración de cualquier grupo de funcionarios convertirse en cuerpo, se ha convertido en una palabra con connotaciones negativas. Lo corporativo, lo gremial, cada vez tienen menos cabida en nuestros servicios del siglo XXI que hoy son más interdisciplinares, con actividades más transversales, por lo que creo que la palabra cuerpo que aún tiene presencia en algunos emblemas y escudos de bomberos se irá perdiendo.

Bomberos (a secas)
El nombre Bomberos se ha dignificado mucho en las últimas décadas y pienso que irá sustituyendo a los nombres largos e impronunciables o difícilmente repetibles en el lenguaje coloquial como “servicio de prevención, extinción de incendios y de salvamento y de protección civil” Estos nombres y sus acrónimos como “SPEISPC” no tienen ningún futuro. El lenguaje tiende a ser simple y estos nombres no lo son. El nombre con el que la sociedad conoce este servicio público es “Bomberos” y no lo va a cambiar, así pues lo razonable es que las instituciones se adaptasen a ello y recojan esta realidad de forma oficial en su legislación. Un ejemplo de esto es la marca “Bomberos Madrid” sin artículos ni preposiciones que ha adoptado el ayuntamiento de Madrid.


Un jefe de guardia de un servicio de bomberos de Euskadi opina que deberíamos poner el nombre de "Salvamento" en primer lugar, comparto la idea en lo que supone de dar más importancia a las personas para intentar eliminar esa actitud obsesiva de las organizaciones de bomberos (en general) por la extinción de incendios como si el tiempo no pasase.

Yo voy más lejos, creo que, si no fuese por la fuerza de la tradición, se podría prescindir de las palabras “extinción de incendios” pues el término salvamento ya las comprende; el “salvamento” de personas, animales, bienes y medio ambiente, incluye ya la extinción de incendios por lo que añadirlo es reiterativo y considero que tiene un peso más bien negativo que impide en muchos casos la modernización de los servicios de bomberos. A pesar de que en muchos servicios de bomberos los incendios suponen alrededor del 25% de sus actuaciones, prácticamente toda su organización está pensada para la extinción de incendios, así como la gran mayoría de los vehículos y sus equipos y herramientas, e incluso el vestuario, lo que supone una rémora para su evolución.
Pero, sin duda, el término “Bomberos” a secas, ya es un término polifacético que puede ser el que aglutine, agrupe y acapare todas las funciones que realice un servicio de emergencia del futuro. Tan solo le veo el inconveniente de la ambigüedad de la polisemia, que supone que la palabra tenga dos significados diferentes como el del conjunto de la organización o servicio público: “Bomberos”; y el grupo de personas que realizan las actividades: bomberos. Sería interesante que se elaborase un profundo estudio sobre la trascendencia y efectos de este doble significado, no habitual en otras actividades o profesiones.

Emergencias del futuro
Partiendo de la base de que yo creo que los servicios de bomberos acabarán haciéndose cargo de la emergencia extrahospitalaria, a pesar de todos los palos en la ruedas que se ponen y se vayan poniendo, quizás la palabra que mejor recoge las actividades que realiza el servicio de bomberos en su conjunto de forma simple y sintética sea “emergencias”. Aunque no hay que olvidar que es un término que tiene muchas novias: como los centros receptores de llamadas 112; los servicios de ambulancias, ya sean de urgencias, o de emergencia extrahospitalaria; las direcciones políticas de ayuntamientos, y CCAA que piensan que apropiándose de este nombre obtienen el mando y la coordinación sobre todos los servicios de emergencia públicos y privados, profesionales y voluntarios.


Si yo tuviese que elegir un nombre para el futuro me inclinaría por el nombre “Servicio de Emergencias”, es concreto y amplio a la vez, es el más genérico, bajo esta denominación caben todas las emergencias incluidas las de tipo social en las que cada vez más los servicios de bomberos se verán implicados, es sencillo de recordar para los ciudadanos, fácil de pronunciar; lo que se dice, un nombre con gancho. El problema que tiene es que es un nombre en disputa, pues todo el mundo lo quiere.  

Nuevos aires políticos
Ante la llegada de los nuevos partidos políticos que propugnan una mayor participación ciudadana en la política me decía un colega de un servicio de bomberos: <<quizás en un futuro próximo nos llamaremos “Ahora bomberos”, o sencillamente “Podemos ayudar, o apagar o rescatar”. Los avatares lingüísticos que nos tiene deparado el destino escapan de nuestra agotada imaginación>>. ¡Quién sabe!

Epílogo

Lo que funciona mal no funcionará mejor porque lo cambiemos de nombre. Eso sí, a los ciudadanos les podemos despistar durante una temporada -o legislatura-.

(7) En el BOE del 28 de julio de 2015 se han aprobado los currículos de los ciclos formativos correspondientes al título de Técnico en Emergencias y Protección Civil  y del título de Técnico Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil.

Publicado el 12 de agosto de 2015.

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2 comentarios:

  1. Realmente es interesante poder anticiparnos a lo que sera el futuro de los Bomberos y demás Servicios de emergencia. Coincido plenamente en que el servicio extra hospitalario seria muy eficiente dentro de la estructura de Bomberos, desgraciadamente las pequeñas pruebas realizadas en Euskadi no han resultado pese al esfuerzo de algunos Bomberos y sanitarios, por crecer juntos.
    pareciera que la emergencia esta sectorizada, No hay entrenamientos conjuntos, Y esto es FUNDAMENTAL para una buena coordinación. No se que decir del futuro de un colectivo tan diversificado, En general los servicios de bomberos son reacios a los cambios, pero estos son necesarios para el objetivo básico principal " LA VIDA Y LOS BIENES DE LOS CIUDADANOS", Una estructura de servicio tan importante debe ser flexible y maleable, para que sea adaptable a los cambios de un mundo cada vez mas veloz, sin perder la esencia de equipo, No se debe tener miedo al voluntariado, a la mujer como participe activo, a Bomberos de otros entes para mi encubiertos bajo otros nombres como la UME o los forestales. Se debe luchar porque ellos adquieran la palabra BOMBERO,con todo su significado y responsabilidad, porque asi se SUMA, NO DESCARTARLOS (como dice el Papa Francisco) No conozco ningún parque en donde se hayan puesto voluntarios reemplazando a rentados, no veo cual es el temor de los compañeros sobre este tema.
    Un servicio tan grande e importante que forma parte de la producción CUIDANDO INDUSTRIAS, TALLERES, COMERCIOS, debe tener estadísticas que indiquen cuanto SALVAN, CUANTO CUIDAN, para poder justificar lo que se cree es un GASTO, No se concibe el futuro con bomberos dentro de los parques entrenando el físico, pero no saliendo a la calle a controlar, inspeccionar, investigar, evaluar. No veo que la formación actual aun con las titulaciones de protección civil sean las mas adecuadas, El bombero del futuro debería tener una titulación especifica, que incluya fuertemente pautas de prevención laboral y sanitarias, El voluntariado deberá ser de calidad y para ello los municipios, comunidades y el estado no podrán desentenderse de esto. Si bien el trabajo voluntario no tiene retribución, un voluntario tiene el derecho de tener la protección legal, laboral y formativa adecuada. El servicio de Bomberos debe mejorar su inter -actuacion con la gente común, que tiene el derecho constitucional de defenderse ante las catástrofes o eventos accidentales, nadie puede privar a las personas de defenderse y capacitarse para esa AUTODEFENSA, Eso es entrenando a la gente para que les ayude, No se concibe un futuro promisorio si no se comparten conocimientos, si no se fomenta LA AUTOPROTECCION, el ciudadano del futuro tiene que tener una responsabilidad en la prevención y también en apoyar a los bomberos, el ciudadano del futuro tiene que aportar medios, ideas, para compartir la tremenda responsabilidad de cuidar la vida y el valioso medio que nos rodea, si dejamos esa responsabilidad solo a los políticos y un grupo de personas especializado, no alcanzara y se pagara muy caro en la próxima catástrofe que simplemente llegara tarde o temprano para castigar nuestras fallas y egoísmos. Tal vez esta idea, sea un sueño, pero tengo esperanza que se puede lograr. Un respetuoso saludo.

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  2. SI, Daniel,
    no es que lo parezca, es que la emergencia está sectorizada, de forma corporativa e institucional, lo que a veces los ciudadanos, cuando se ven en una situación de emergencia no entienden.
    Comparto contigo que una de ls grandes líneas de trabajo en el futuro ha de ser formar a los ciudadanos en autoprotección. Y ya sabes, toda realidad, antes de lograrse, fue un sueño.
    Saludos,

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