martes, 8 de julio de 2014

Bomberas

En el mes de Febrero de 2011 los medios de comunicación españoles, en especial, la prensa diaria y la televisión, se hacían eco de una denuncia pública por parte de algunas opositoras al Cuerpo de bomberos de Madrid en el que exponían que las pruebas físicas exigidas en las Bases para acceder mediante oposición a las plazas de bomberos del Ayuntamiento de Madrid se producía una discriminación contra la mujer y que se vulneraba la Ley de Igualdad.

Generada la polémica, hubo, como en muchos otros aspectos de la vida, división de opiniones. Hace ya muchos años que los cuerpos policiales españoles empezaron a reclutar mujeres entre sus efectivos; las policías locales, la policía nacional y la guardia civil lo hicieron rebajando para las mujeres las condiciones físicas de acceso basándose en las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres. Pero, no por ello las mujeres españolas acudieron en masa a optar a estos puestos. Lo mismo ocurrió en el Ejército español. Las condiciones de acceso se adaptaron a las condiciones físicas de la mujer lo que permitió que el sexo femenino se incorporase poco a poco entre los militares, y los españoles nos hemos acostumbrado a ver mujeres vestidas con el uniforme de soldado y progresivamente en las distintas categorías y escalafones castrenses.

Sin embargo la mayoría de los cuerpos de bomberos españoles permanecieron refractarios a esta tendencia social. La tradición en los servicios de bomberos pesa mucho y la forma de pensar convencional exponía la justificación de que hay que establecer un perfil mínimo de las condiciones físicas que se necesitan para ser bombero, da igual que sea hombre o mujer. La defensa de esta argumentación se basa en que el ciudadano que va a ser atendido en una emergencia tiene derecho a que se le garantice que las condiciones físicas de la persona que le socorre ha cumplido el requisito mínimo de ese perfil preestablecido y que el rescatador, independientemente de su sexo, reúne las condiciones de fortaleza física necesaria para salvarle. Este argumento en defensa de los derechos de los ciudadanos es, sin duda, impecable, pero analizado desde la teoría garantista (revelando las diferencias entre los derechos jurídicos y la contradictoria realidad) observamos, que luego, en la práctica no se cumple, pues pocos son los bomberos que con el paso de los años siguen manteniendo las condiciones físicas que le fueron exigidas en el momento de su acceso al puesto y sin embargo no se duda de su capacidad y aptitud para ejercer el puesto de bombero.

Incluso nos hemos podido encontrar, en diversas administraciones, con oposiciones a bombero, que en sus Bases no recogen distintas pruebas físicas entre hombres y mujeres y sin embargo, publican unos límites distintos a cada prueba en función de franjas de edad, por lo cual se acepta que no todos los miembros del servicio de bomberos deban de cumplir con el mismo perfil mínimo. De este modo, se está reconociendo implícitamente que, las condiciones físicas, que se afirmaba categóricamente que han de cumplir todos los miembros del cuerpo de bomberos, ya no son necesarias con el paso de los años.

A pesar de la tradición inmovilista, en los últimos años se ha comenzado a perfilar tímidamente una nueva postura que acepta unos límites inferiores para las pruebas físicas de las mujeres en las oposiciones de bomberos. Aunque en alguna Administración esta diferencia era casi simbólica, establecida más para la galería que para igualar oportunidades; por ejemplo, en la prueba del salto de longitud con los pies juntos, se fijaba el mínimo para los hombres en 2,35 metros y en 2,30 metros para las mujeres; un ridículo 2% de rebaja en la marca exigida. 

Y así, aunque algunas mujeres lo podían tener un poco más fácil, sin embargo, no hubo una afluencia masiva a las convocatorias. Parece ser que la profesión de bombero no se encuentra entre las preferencias vocacionales de la mayoría de las mujeres, pues lo cierto es que son pocas las mujeres que quieren ser bombero o bombera. Claro que esto quizás cambie con el devenir de los tiempos.
El conflicto de posturas sobre este punto no es nuevo. Uno de los temas más calientes del Foro del portal www.aptb.org siempre ha sido la discusión sobre si las pruebas físicas de acceso al servicio de bomberos han de ser iguales o diferente para hombres y mujeres. También ha sido uno de los temas más tratados en las encuestas del mismo portal de la APTB. Veamos algunos de los resultados de las encuestas realizadas.

En la encuesta de la web de APTB del mes de junio de 2004 se preguntaba: ¿Crees que los hombres y mujeres deberían superar idénticas pruebas físicas para incorporarse a los Servicios de Bomberos?  Y la respuesta era, por entonces abrumadora, el 89,8 % de los votantes opinaba que sí, y tan solo el 10,2 % que no. Así de rotundo. Claro que se puede pensar que muchos de los usuarios de esta web son opositores masculinos a bomberos y por lo tanto algunos de los votantes de la encuesta pueden defender con su voto una mayor posibilidad de alcanzar su deseada plaza si las mujeres, en su mayoría, quedan excluidas, de facto, por su condición física.

Con otro enfoque y con otra intención, en el mes de septiembre de 2005 en la mencionada web de aptb.org se colgaba la siguiente encuesta: ¿Se debe exigir y controlar periódicamente un mínimo de aptitud física a todos los bomberos? Y la victoria del SI (98%) sobre el NO (2%) fue demoledora. Ha sido la encuesta de respuesta más unánime de las preguntas que se llevan haciendo desde del año 2004. Según este resultado, llevando a la práctica la justificación de la exigencia de un mínimo de condiciones físicas -que es la principal causa de que las mujeres no puedan presentarse a las oposiciones a bomberos-, debería ser apartado del servicio activo cualquier bombero que perdiese las facultades físicas que se le exigieron cuando entró al servicio de bomberos.

Aunque siendo una pregunta conceptualmente diferente se abordaba el mismo tema en la encuesta de agosto de 2006 que interrogaba: ¿Debe llegarse a la paridad hombres/mujeres mediante discriminación positiva en los parques de bomberos? Y la respuesta ganadora fue el NO (79,3%) frente al SI (20,7%).

En abril de 2007 se planteaba otra pregunta sobre las oposiciones a las plazas de bombero: ¿Se deberían unificar en el ámbito estatal los criterios de acceso en las oposiciones de bomberos? El resultado: SI (89%) NO (11%). Aquí, resulta llamativo que hay más de un 10% de votantes que opinan que no deben ser unificados los criterios para las oposiciones, o sea que piensan que cada cual en su servicio que convoque a su aire y según su conveniencia.

Más tarde, en diciembre de 2008, se hacía una pregunta muy parecida a la inicial: ¿Debe haber los mismos baremos en las pruebas físicas de las oposiciones para hombres y mujeres? Y el resultado de la encuesta no fue muy diferente, igual de contundente, pero un 5% más desfavorable para las mujeres: SI (94,7%) NO (5,3%). Dicen que en tiempos de gran desempleo se exacerba el machismo que pretende reservar los pocos puestos de trabajo disponibles para los hombres.

De todas formas, antes de dar una respuesta rotunda a este pequeño conflicto social quizás hayamos de respondernos algunas preguntas.

¿Es o no es lógico que los bomberos de una ciudad tengan que cumplir distintos requisitos que los bomberos de la misma provincia o de una ciudad vecina? ¿Acaso todos los ciudadanos españoles no deben tener el mismo derecho a tener los mismos derechos y estar asistidos por bomberos perfectamente capacitados? Si los requisitos son distintos, ¿Se ha equivocado alguna de las ciudades al establecer sus Bases de convocatoria? ¿Por qué no rectifica el que esté equivocado? ¿Podría ser que los técnicos y científicos (o políticos) que han establecido un determinado perfil físico para ser bombero, se hayan equivocado al fijar sus mínimos? ¿Por qué no se aborda este espinoso tema en la Comisión Nacional de Protección Civil y se adopta entre todos un Programa único de acceso a Bomberos para toda España? No sabemos porque no se hace, hemos de suponer que, además de la falta de interés e intención, debe de ser dificilísimo ya que tampoco se están unificando criterios por CCAA, donde debería ser más fácil ponerse de acuerdo entre unos pocos.

Son misterios sin resolver de la jungla bomberil de la piel de toro.

(Publicado en la sección “Llamaradas” de la revista Emergencia 112 nº 103 de junio de 2014)

 

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