En el mes de Febrero de 2011 los medios
de comunicación españoles, en especial, la prensa diaria y la televisión, se
hacían eco de una denuncia pública por parte de algunas opositoras al Cuerpo de
bomberos de Madrid en el que exponían que las pruebas físicas exigidas en las
Bases para acceder mediante oposición a las plazas de bomberos del Ayuntamiento
de Madrid se producía una discriminación contra la mujer y que se vulneraba la
Ley de Igualdad.
Generada la polémica, hubo, como en
muchos otros aspectos de la vida, división de opiniones. Hace ya muchos años
que los cuerpos policiales españoles empezaron a reclutar mujeres entre sus
efectivos; las policías locales, la policía nacional y la guardia civil lo
hicieron rebajando para las mujeres las condiciones físicas de acceso basándose
en las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres. Pero, no por ello las
mujeres españolas acudieron en masa a optar a estos puestos. Lo mismo ocurrió
en el Ejército español. Las condiciones de acceso se adaptaron a las
condiciones físicas de la mujer lo que permitió que el sexo femenino se
incorporase poco a poco entre los militares, y los españoles nos hemos
acostumbrado a ver mujeres vestidas con el uniforme de soldado y
progresivamente en las distintas categorías y escalafones castrenses.
Sin embargo la mayoría de los cuerpos
de bomberos españoles permanecieron refractarios a esta tendencia social. La
tradición en los servicios de bomberos pesa mucho y la forma de pensar
convencional exponía la justificación de que hay que establecer un perfil
mínimo de las condiciones físicas que se necesitan para ser bombero, da igual que
sea hombre o mujer. La defensa de esta argumentación se basa en que el
ciudadano que va a ser atendido en una emergencia tiene derecho a que se le
garantice que las condiciones físicas de la persona que le socorre ha cumplido
el requisito mínimo de ese perfil preestablecido y que el rescatador,
independientemente de su sexo, reúne las condiciones de fortaleza física
necesaria para salvarle. Este argumento en defensa de los derechos de los
ciudadanos es, sin duda, impecable, pero analizado desde la teoría garantista
(revelando las diferencias entre los derechos jurídicos y la contradictoria
realidad) observamos, que luego, en la práctica no se cumple, pues pocos son los
bomberos que con el paso de los años siguen manteniendo las condiciones físicas
que le fueron exigidas en el momento de su acceso al puesto y sin embargo no se
duda de su capacidad y aptitud para ejercer el puesto de bombero.
Incluso nos hemos podido encontrar, en
diversas administraciones, con oposiciones a bombero, que en sus Bases no
recogen distintas pruebas físicas entre hombres y mujeres y sin embargo,
publican unos límites distintos a cada prueba en función de franjas de edad, por lo cual se acepta que no todos los miembros del servicio de bomberos deban
de cumplir con el mismo perfil mínimo. De este modo, se está reconociendo
implícitamente que, las condiciones físicas, que se afirmaba categóricamente
que han de cumplir todos los miembros del cuerpo de bomberos, ya no son necesarias
con el paso de los años.
A pesar de la tradición inmovilista, en
los últimos años se ha comenzado a perfilar tímidamente una nueva postura que
acepta unos límites inferiores para las pruebas físicas de las mujeres en las
oposiciones de bomberos. Aunque en alguna Administración esta diferencia era
casi simbólica, establecida más para la galería que para igualar oportunidades;
por ejemplo, en la prueba del salto de longitud con
los pies juntos, se fijaba el mínimo para los hombres en 2,35 metros y en 2,30
metros para las mujeres; un ridículo 2% de rebaja en la marca exigida.
Y así, aunque algunas mujeres lo podían
tener un poco más fácil, sin embargo, no hubo una afluencia masiva a las convocatorias.
Parece ser que la profesión de bombero no se encuentra entre las preferencias
vocacionales de la mayoría de las mujeres, pues lo cierto es que son pocas las
mujeres que quieren ser bombero o bombera. Claro que esto quizás cambie con el
devenir de los tiempos.
El conflicto de posturas sobre este
punto no es nuevo. Uno de los temas más calientes del Foro del portal www.aptb.org siempre ha sido la discusión sobre
si las pruebas físicas de acceso al servicio de bomberos han de ser iguales o
diferente para hombres y mujeres. También ha sido uno de los temas más tratados
en las encuestas del mismo portal de la APTB. Veamos algunos de los resultados de las
encuestas realizadas.
En la encuesta de la web de APTB del mes
de junio de 2004 se preguntaba: ¿Crees que los hombres y mujeres deberían
superar idénticas pruebas físicas para incorporarse a los Servicios de
Bomberos? Y la respuesta era, por
entonces abrumadora, el 89,8 % de los votantes opinaba que sí, y tan solo el
10,2 % que no. Así de rotundo. Claro que se puede pensar que muchos de los
usuarios de esta web son opositores masculinos a bomberos y por lo tanto
algunos de los votantes de la encuesta pueden defender con su voto una mayor
posibilidad de alcanzar su deseada plaza si las mujeres, en su mayoría, quedan
excluidas, de facto, por su condición física.
Con otro enfoque y con otra intención,
en el mes de septiembre de 2005 en la mencionada web de aptb.org se colgaba la
siguiente encuesta: ¿Se debe exigir y controlar periódicamente un mínimo de
aptitud física a todos los bomberos? Y la victoria del SI (98%) sobre el NO
(2%) fue demoledora. Ha sido la encuesta de respuesta más unánime de las
preguntas que se llevan haciendo desde del año 2004. Según este resultado,
llevando a la práctica la justificación de la exigencia de un mínimo de
condiciones físicas -que es la principal causa de que las mujeres no puedan
presentarse a las oposiciones a bomberos-, debería ser apartado del servicio
activo cualquier bombero que perdiese las facultades físicas que se le
exigieron cuando entró al servicio de bomberos.
Aunque siendo una pregunta
conceptualmente diferente se abordaba el mismo tema en la encuesta de agosto de
2006 que interrogaba: ¿Debe llegarse a la paridad hombres/mujeres
mediante discriminación positiva en los parques de bomberos? Y la respuesta
ganadora fue el NO (79,3%) frente al SI (20,7%).
En
abril de 2007 se planteaba otra pregunta sobre las oposiciones a las plazas de
bombero: ¿Se deberían unificar en el ámbito estatal los criterios de acceso en
las oposiciones de bomberos? El resultado: SI (89%) NO (11%). Aquí, resulta
llamativo que hay más de un 10% de votantes que opinan que no deben ser
unificados los criterios para las oposiciones, o sea que piensan que cada cual
en su servicio que convoque a su aire y según su conveniencia.
Más
tarde, en diciembre de 2008, se hacía una pregunta muy parecida a la inicial:
¿Debe haber los mismos baremos en las pruebas físicas de las oposiciones para
hombres y mujeres? Y el resultado de la encuesta no fue muy diferente, igual de
contundente, pero un 5% más desfavorable para las mujeres: SI (94,7%) NO (5,3%).
Dicen que en tiempos de gran desempleo se exacerba el machismo que pretende
reservar los pocos puestos de trabajo disponibles para los hombres.
De todas formas, antes de dar una
respuesta rotunda a este pequeño conflicto social quizás hayamos de
respondernos algunas preguntas.
¿Es o no es lógico que los bomberos de
una ciudad tengan que cumplir distintos requisitos que los bomberos de la misma
provincia o de una ciudad vecina? ¿Acaso todos los ciudadanos españoles no
deben tener el mismo derecho a tener los mismos derechos y estar asistidos por
bomberos perfectamente capacitados? Si los requisitos son distintos, ¿Se ha
equivocado alguna de las ciudades al establecer sus Bases de convocatoria? ¿Por
qué no rectifica el que esté equivocado? ¿Podría ser que los técnicos y científicos
(o políticos) que han establecido un determinado perfil físico para ser
bombero, se hayan equivocado al fijar sus mínimos? ¿Por qué no se aborda este
espinoso tema en la
Comisión Nacional de Protección Civil y se adopta entre todos
un Programa único de acceso a Bomberos para toda España? No sabemos porque no
se hace, hemos de suponer que, además de la falta de interés e intención, debe
de ser dificilísimo ya que tampoco se están unificando criterios por CCAA,
donde debería ser más fácil ponerse de acuerdo entre unos pocos.
Son misterios sin resolver de la jungla
bomberil de la piel de toro.
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