Leo con cierto estupor en la prensa
de ayer (La opinión de Málaga) que un sindicato del Real Cuerpo de
bomberos de Málaga ha enviado una carta a su Alcalde denunciando que la
participación de los efectivos del cuerpo en un simulacro del metro dejó “totalmente inoperativos” dos parques de
bomberos de la ciudad. Además, se puede leer en el mismo artículo que “el parque de Martiricos (Parque Central de
Bomberos de Málaga) se quedó durante una hora
inoperativo al coincidir la hora del simulacro con el desayuno”. No voy a hacer ningún
comentario sobre la duración del desayuno de los funcionarios.
A las
dotaciones mencionadas no se las envió a casa, fueron a trabajar en una de sus
actividades propias, y estuvieron todo el tiempo dentro del término municipal y
además estaban movilizables y listas para intervenir. ¿Dónde está el problema?
Entiendo que
participar en los simulacros de emergencia de las infraestructuras críticas de
la ciudad como puede ser el metro, no es que sea bueno, es que tiene que ser
obligatorio. Los miembros de los servicios de bomberos tienen demasiado tiempo
de inactividad en los parques y deben tener más interacción con la ciudad y los
ciudadanos. El objetivo de un servicio de bomberos profesional no tiene que
ser “Actividad Cero”, sino “Cero Muertos” para lo que hay que implicarse
más en la prevención. Realizar simulacros de emergencia antes de que se abran
las líneas de metro es una actividad preventiva y formativa que no solo
contribuye a mejorar la seguridad de la ciudad sino también de los propios
bomberos.
Sin duda los
sindicatos han contribuido notablemente en el Estado de bienestar que hemos
alcanzado y deben seguir cumpliendo con su fin principal, que no es otro que
defender los derechos de los trabajadores,
tanto a nivel salarial, como del resto de las condiciones laborales, seguridad
en el trabajo, etc. ; pero no les corresponde a ellos la organización y
dirección de los servicios públicos.
Por supuesto
que realizar críticas a la corporación entra dentro de sus libertades, pero
alarmar a la población alegando inseguridad ciudadana, porque parte de las
dotaciones de guardia de la ciudad participan en un simulacro no parece
razonable. Quizás así, el sindicato en cuestión obtenga notoriedad y gane
afiliados, pero la denuncia pública al Alcalde no parece que persiga en nada la
mejora de las condiciones de sus afiliados. La defensa de la seguridad de los
ciudadanos no le corresponde a ese sindicato, ni a ningún otro, no es su
función, para eso, nos guste o no, los ciudadanos han elegido unos políticos
que mejor o peor desempeñan su responsabilidad. Para eso están. Si lo hacen
mal, mala suerte, deberemos elegir mejor la próxima vez, pero no debemos
sustituir a los políticos por sindicalistas.
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