Tras un
gran incendio como el del edificio Windsor, o tras el incendio de Guadalajara,
u otros grandes incendios con gran número de víctimas o grandes pérdidas, o de
gran impacto social, echo en falta una Comisión técnica, profesional e
independiente que investigue lo ocurrido, averigüe todos los factores que han
concurrido en el siniestro, obtenga conclusiones y plantee propuestas para que
no se vuelvan a producir los mismos hechos. Pero esto, en España, no existe, y
tampoco en ninguna de las Comunidades Autónomas.
El
Ministerio de Fomento (Transportes) ha reproducido el modelo existente en los
países anglosajones y desde hace bastantes años ha ido creado tres Comisiones
de Investigación de Accidentes:
- CIAIM, Comisión
de investigación de accidentes e incidentes marítimos (1988)
- CIAIAC, Comisión
de investigación de accidentes e incidentes de aviación civil (1998)
- CIAF, Comisión de
investigación de accidentes ferroviarios (2007)
Estas
tres comisiones, con carácter general, tienen como fin principal realizar las investigaciones e informes
técnicos de todos los accidentes graves para determinar las causas técnicas que
los produjeron y formular recomendaciones al objeto de tomar las medidas necesarias
para evitarlos en el futuro. Las investigaciones realizadas por estas
comisiones no persiguen la determinación
de responsabilidades ni la atribución de culpa.
Los
documentos oficiales expresan que las comisiones son independientes en su
funcionamiento y la mejor manera de garantizar su libertad es tener el más alto
grado posible de independencia funcional. Claro que, no debemos de olvidar que,
el presidente, la secretaría y los miembros que componen las comisiones son
nombrados por el Ministerio. Tengamos presente que averiguar las causas de un
accidente es descubrir los fallos, a veces de las organizaciones y de las
personas que las dirigen, y en el caso de “Transportes”,las infraestructuras, a
veces en régimen de monopolio pertenecen al Ministerio, así como un gran número
de sus empleados, con las limitaciones que esto puede suponer para llevar a
cabo una investigación imparcial y neutral. Veremos cuáles son las conclusiones técnicas de la investigación del accidente del tren Alvia en Angrois (Galicia) en julio de 2013. No obstante, creo que es muy bueno
que los accidentes se investiguen desde una perspectiva técnica, al margen de
las investigaciones judiciales donde pugnan todo tipo de intereses:
individuales, corporativos, personales, mercantiles, sectoriales, gremiales,
administrativos, políticos, e incluso judiciales. La Justicia tiene por objeto
dirimir responsabilidades, busca culpabilizar y condenar, no tiene como
objetivo investigar
para prevenir y alguien tiene que hacerlo; este sería el papel
de una comisión técnica de investigación de grandes accidentes. Además, los
resultados de dichas investigaciones deben hacerse públicos.
Sin
embargo, el Ministerio de Interior no adopta, ni parece que esté entre sus
intenciones, ninguna iniciativa tendente a crear ninguna comisión de
investigación desde una perspectiva preventiva, por lo que no parece que en un
futuro próximo disfrutemos de las conclusiones y recomendaciones de una
comisión investigadora de incendios, donde se analice no solo cuáles han sido las causas de los accidentes sino como ha sido la respuesta de las administraciones y de los servicios públicos.
Esperemos
que no se les ocurra, tras leer estas líneas, encomendar dicha misión a la UME.
Publicado: 24 de julio de 2014
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