El Gobierno de Aragón acaba
de crear la Academia Aragonesa de Bomberos mediante la publicación de un Decreto que regula su
creación, organización y funcionamiento. Se trata del desarrollo de la Disposición
adicional tercera de la Ley de Regulación de Bomberos de Aragón publicada el año pasado.
Al margen de cómo
se realice la ejecución y puesta en marcha de dicha Academia de bomberos, en
una primera lectura observo que tiene unos cuantos aspectos positivos. Los enumero:
-
La intención es buena, se trata de ordenar un
asunto imposible de abordar a nivel municipal ni provincial, que casi ninguna
comunidad autónoma ha resuelto y para el que hace falta una voluntad decidida
para armonizar criterios a nivel de comunidad autónoma.
- Se trata de un texto sencillo y bastante claro y
aparentemente flexible.
- Contempla la formación de
o los profesionales de los
SPEIS
o los bomberos voluntarios
o los bomberos de empresa (Aunque
en la Ley se refería a ellos como personal de empresa en este decreto reconoce
la nomenclatura de “bombero de empresa”)
o los voluntarios de
protección civil
- Atribuye a la Academia competencia para
habilitar a los bomberos voluntarios y a los bomberos de empresa.
- Homologación de otros títulos y diplomas
- Regula un Consejo Rector, bastante representativo
y participativo (18 miembros con voto más el director de la Escuela que actúa
como secretario sin voto).
- El Director de la Escuela ha de ser un funcionario
de una administración que tenga servicio de bomberos. Esto limita algo el que
el puesto de Director, nombrado por el procedimiento de libre designación, recaiga
en un amigo o miembro del partido que gobierna, sin apenas cualificación para
el puesto.
- Entre los aspectos formativos aborda:
o La formación básica y especialización
o Las actividades de
actualización y perfeccionamiento
o Los cursos
de promoción y ascenso
- Regula de forma escueta el personal docente y
sus funciones así como los derechos y deberes de los alumnos.
- Encomienda las actividades de la Academia a las
escuelas de bomberos de la Ayuntamiento de Zaragoza y de la Diputación de
Zaragoza, en tanto no se cree la academia aragonesa, lo cual está bien siempre
que esta medida no se dilate eternamente.
· Improvisación:
En la Ley 1/13 de 7 de marzo de 2013 de Regulación y coordinación de Bomberos de
Aragón, se establecía que en el plazo de 18 meses debería crearse la Academia
de Bomberos de Aragón por lo que entendemos que esta urgencia es la que ha
llevado a aprobar este decreto sin tener nada más que la buena intención de crear
la Academia: sin infraestructuras, sin centros físicos, sin instalaciones, sin
aulas, sin dirección, sin personal docente, sin nada de todo aquello que es necesario
para tener una Escuela.
· Integrada en la Escuela de Seguridad Pública: es decir en la escuela de Policía.
Las experiencias habidas hasta el momento nos indican que integrar la escuela
de bomberos en la escuela de policía no es una gran idea. Puede parecer bueno
sobre el papel, pero me temo que hasta el momento ha dado más problemas que
soluciones. Lo cierto es que los bomberos siempre tienen la sensación de estar
desatendidos cuando se les encuadra dentro de una escuela de policías. Y ya
sabemos que resulta difícil obtener un buen aprovechamiento cuando se va a una
escuela en la que no se quiere estar.
· Representación del Consejo Rector: Parece excesivo que de 18 miembros con voto, haya 8
miembros del Gobierno y que otros 2 representantes, el de los sindicatos y el
de los voluntarios de protección civil, han de ser nombrados por el Consejero
competente, lo que puede condicionar la libertad de su representación. En esta
circunstancia el Gobierno siempre mantiene el control de la mayoría en el
Consejo Rector. Seguro que al Gobierno actual que lo ha regulado así, esto le
parecerá estupendo, pero cuando esté en la oposición, esta falta de pluralidad,
no le parecerá tan buena idea…
· Director
cualificado. El texto debería ser más claro, y debería exigir que el director
de la Academia debería ser un profesional con experiencia en dirección y gestión de servicios de bomberos.
Interesante tu comentario, Javier.
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