jueves, 25 de septiembre de 2014

Bomberos en España y en Europa

Hace un par de semanas veíamos la evolución del número de bomberos en España y prometía que próximamente veríamos como estamos en España respecto a Europa en número de bomberos. Aquí tenemos la comparación sobre profesionales y voluntarios.


Profesionales 
Suele ser habitual que los sindicatos de bomberos expongan ante sus colegas políticos la reivindicación de aumentar la plantilla del cuerpo con el argumento de que se debe alcanzar el ratio de “un bombero cada mil habitantes como en Europa”. Mal está que se afirme esto, por su falsedad, pero mayor necedad es que el político de turno, concejal, consejero, diputado o gerente se lo crea sin exigir justificación documental alguna de la supuesta directiva europea que avale tal aseveración.
Por esto, la primera comparación en que nos vamos a fijar es la del ratio de bomberos profesionales por habitantes en varios países europeos.  


El ratio de bomberos por población en España está en 2.000 habitantes por cada bombero profesional, no muy alejado de de los ratios de otros países. Tan solo Estonia está por debajo del famoso ratio de un bombero por cada 1.000 habitantes. Este utópico ratio de un bombero por cada 1.000 habitantes tan solo se consigue o se supera en los países europeos cuando se suma la plantilla de bomberos asalariados a tiempo completo con los bomberos a tiempo parcial y con el voluntariado. También se acercan más a dicho ratio los servicios de bomberos que prestan el servicio de asistencia sanitaria de emergencia.
La conclusión no puede ser otra que en España no hay significativamente menos bomberos que en la media de los países europeos.(1)
Voluntarios
Veamos ahora los gráficos en los que se recoge la comparación del número de bomberos voluntarios en algunos países europeos. Como se ve, España es el país que tiene menos voluntarios bomberos; tan solo un bombero voluntario por cada 9.500 habitantes cuando lo habitual (la media) es tener más un bombero voluntario cada 1.000 habitantes. España es uno de los peores países de Europa a la hora de prestar cauces para el ejercicio del voluntariado en sus servicios de emergencia y es un área en el que se deberá progresar en el futuro.
Si bien los sindicatos en la administración española se han postulado en contra del desarrollo del voluntariado en los servicios de bomberos españoles basándose en que el voluntariado impide la creación de los puestos de profesionales, podemos asegurar que esto no es cierto, pues en muchas ocasiones los servicios de bomberos voluntarios, que habían demostrado su profesionalidad, crearon la necesidad de contar con un servicio de bomberos asalariados, y además, el voluntariado ha sido una forma de acceso a los puestos profesionales. En Europa, donde hay más bomberos voluntarios suele haber también más profesionales(2).
Podemos verlo mejor con otro gráfico en el que se refleja el porcentaje de bomberos voluntarios sobre el total de la plantilla. Como se ve en España se han de crear aún muchos bomberos voluntarios para poder aproximarnos a los países de la Unión Europea. Solo Chipre tiene menor porcentaje de bomberos voluntarios que España. (Si no fuese por Cataluña, que mejora y maquilla los datos de España, la media española sería peor aún que la de Chipre).
Indicador social
El voluntariado es un buen indicador del nivel de desarrollo de un país; cuanto más desarrollado está un país hay más voluntarios y además se trata de un recurso imprescindible en las grandes emergencias y catástrofes. En este sentido hemos de fijarnos especialmente en Alemania que con 11346.000 voluntarios lidera en Europa la contribución altruista al voluntariado de los servicios de emergencia del país. Alemania tiene un bombero voluntario cada 60 habitantes.
Se ha de mencionar que el déficit de bomberos voluntarios en España es compensado con el número de voluntarios de protección civil que se encuentra en crecimiento.

(1) Como los datos del gráfico son de 2010 y en España se siguen desarrollando los servicios de bomberos profesionales es muy probable que el ratio actual esté por debajo de un bombero cada 2.000 habitantes.
(2) En los últimos años en Reino Unido, Irlanda, Noruega y Finlandia los bomberos voluntarios han sido reconvertidos en bomberos profesionales con guardias localizadas.

Publicado el 25 de septiembre de 2014

jueves, 18 de septiembre de 2014

Transparencia en la Administración


Hace poco en un debate sobre los valores en la administración pública defendía que la transparencia en la Administración no debiera ser considerada como un valor sino como un requisito esencial. En un paralelismo con el fútbol exponía que la transparencia debía ser como o el alumbrado -natural o artificial- pues sin luz no se puede jugar. 

Estaba pensando en profundizar en este asunto cuando he visto que este martes el gobierno vasco ha aprobado el anteproyecto de la  Ley de administración pública de Euskadi, que es de suponer que pronto  imitarán otras administraciones. Además el Gobierno vasco anuncia que creará la Agencia Vasca de Transparencia.

Ley de transparencia
Os quiero llamar la atención sobre cómo esta Ley regula la “Transparencia” en todo el Título IV, en 26 artículos desarrollados en 15 páginas. La intención me parece excelente. La exposición, muy didáctica, que reproduzco, es ¡Genial!, me parece “cum laude”:
Artículo 84.- Transparencia e información pública.
1.- La transparencia como principio de funcionamiento de la Administración Pública Vasca en su relación con la ciudadanía exige que la información puesta a su disposición sea de la más alta calidad, esto es, que sea veraz, clara, coherente, oportuna en el tiempo, materialmente relevante, estructurada, concisa, entendible, completa, segura, de fácil acceso, multicanal, comparable, multiformato, interoperable y reutilizable en los términos establecidos legalmente. 
No tenemos en España experiencia para valorar esto, o al menos yo no la tengo. Estamos avanzando por un terreno inexplorado. Deseo que lo hagamos bien y ojalá que se cumpla sin trampas. Mi primera reflexión es preguntarme porque no tenemos leyes como esta desde hace varias décadas. Cuando entramos en la Unión Europea ya otros países tenían leyes similares y no alcanzo a comprender por qué no fue un referente para nuestros gobernantes. Me cuesta asimilar que uno tenga un automóvil de lujo y viva en una mísera cabaña y de la misma forma no entiendo como nuestros gobiernos apuestan y gastan para que nuestros equipos de fútbol compitan en la “Champions League” mientras nuestra administración y nuestros derechos ciudadanos no pueden jugar en las primeras divisiones europeas.

Transparencia y corrupción
Quizás sea un iluso, pero pienso que, aún sin Ley, con un ejercicio exquisito de la transparencia, se podrían haber evitado muchos de los escándalos de corrupción que tanto preocupan ahora a los españoles. Aunque deberíamos ser conscientes que la corrupción es un problema oculto que lleva décadas con nosotros (quién analice las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas -CIS- de los últimos años, podrá detectar bajo que otros problemas se encontraba camuflado o lo tenían escondido y por ende, nos hacían mirar para otro lado).
De la misma forma que Taylor hace más de 100 años, experimentó que aumentando el alumbrado en los puestos de trabajo se aumentaba la producción en una fábrica, creo que aumentando la transparencia en la administración aumentará la democracia y la participación ciudadana y disminuirá la corrupción.
Transparencia y funcionarios
No obstante, quiero añadir que la transparencia o la falta de ella no es solo una cuestión de los políticos, es una mala costumbre de profundas raíces entre el funcionariado. Se ha transmitido a hierro y fuego de generación a generación, desde el tintero y plumilla, a la Olivetti y al ordenador, que “la información es poder” y la gran mayoría de los funcionarios son remisos a que se aireen los datos de su departamento  o unidad, que son los que le otorgan su status, su poder, su capacidad de influencia, la relevancia ante sus superiores, etc. Tan solo a final de año recogerán en la Memoria anual los datos que ellos quieren, los que realzan su actividad. Los mismos funcionarios que exigen que se hagan públicos los sueldos de los políticos o su patrimonio, no comparten que se haga lo mismo con sus datos más personales, como salario, jornada laboral, bajas, horas extras, productividad, etc., pues una gran mayoría del funcionariado arropado por el igualitarismo sindical imperante se encuentra muy cómodo en la situación actual de opacidad. Uno se pregunta cómo es posible que se mantengan vicios de la administración que ya denunciaba José de Larra hace dos siglos en su artículo “Vuelva usted mañana”, aunque con la versión actual, que consiste en decirle al ciudadano que «Eso no es aquí» y mandar al ciudadano a la ventanilla de otra Administración “competente”. Por eso, pienso, que para ser transparentes no hace falta solo una Ley, hace falta un cambio de mentalidad y cualquiera sabe que para eso hace falta una generación y un cambio de paradigma: entender e interiorizar que la información que manejamos en la administración no es nuestra, es de los ciudadanos.
De todas formas, estamos de enhorabuena, en este camino iniciado, solo podemos mejorar.
Publicado el 18 de julio de 2014

martes, 16 de septiembre de 2014

Antes de recortar, reformar. ¿Sobran policías?

 Antes, re-organizar. Esta es la máxima que deberíamos exigir a los gobiernos de nuestras administraciones, a todos: al del Estado, a los de las CCAA, de las Diputaciones, de las Comarcas, de los Ayuntamientos, de los distritos de barrio, de los consorcios, entes autónomos, etc. Aunque cuando observamos la desorganización de algunos entes podemos obtener la impresión de que antes de re-organizar habría que haber organizado.

Mantengo la teoría de que la crisis no ha sido lo suficientemente aguda como para que de verdad  acometamos la tarea de reformar la administración. En vez de eso, los gobiernos se han dedicado a recortar, y ante las protestas sindicales y sociales nos han sorprendido con la falsa y estúpida promesa de que cuando pase la crisis volveremos a despilfarrar como antes. En una crisis de verdad, el máximo mandatario de cada administración debería haber llamado a todos los responsables políticos y directivos técnicos de las áreas de gestión para requerirles un plan de economía, de ahorro de su departamento, de identificación de las duplicidades que se pueden eliminar, de aquellos servicios prescindibles y de aquellos gastos innecesarios para poner en marcha una verdadera política de contención del gasto en consonancia con la búsqueda de una mayor eficiencia, de una manera consciente. Pero, o estoy muy mal informado o no se ha hecho nada de esto. La solución adoptada ha sido que por la vía de la aprobación del presupuesto se ha informado a los responsables de los servicios: «Este año tienes un 40% menos de presupuesto de gasto corriente», donde la única respuesta posible era: «Ah, vale». Han recortado los medios en vez de reformar el sistema*.

En los servicios de seguridad y emergencia en España tenemos identificadas unas cuantas duplicidades. En la entrada anterior hablaba del número de bomberos en España, hoy voy a hablar de otros servicios con plantillas mucho más numerosas y que por ello las cifras escandalizan aún más. Se trata de "Las Policías". Recuerdo que a finales de los años ochenta, en un curso de Cepreven nos contaron que la relación media en Europa era un bombero por cada 3 policías y que en España era de un bombero cada nueve policías. Con una pequeña extrapolación calculé, que en aquellos años de tanta actividad terrorista en Euskadi la relación de un bombero cada 12 policías (no porque hubiese menos bomberos, sino porque había muchísimos más policías). Veamos datos más actuales.
Con una pequeña investigación he podido obtener los siguientes datos referidos a 2013, que si no son del todo exactos no se apartarán mucho de la realidad (después de todo, ni sindicatos de policías y gobierno se ponen de acuerdo en los números)
POLICÍA
Datos 2013
Ratio
Policía Nacional
69.000
Guardia Civil
81.000
Policías Locales
70.000
Policías Autonómicas
30.000
Total
250.000
1/184 habitantes
 ¿Parece desorbitado? Sin duda lo es. España tiene el mayor ratio de policías de “todos” los países europeos. Y menos mal que las políticas de ajuste han reducido unos 25.000 policías desde 2010. Entonces… podemos pensar que tenemos el país más seguro del mundo, ¿no? Pues eso no lo sé pero, lo que es un hecho cierto es que también tenemos una de la poblaciones reclusas más grandes de Europa, así que se puede encontrar cierta proporción entre policías y ladrones; pero ganando los policías.

En fin, no tengo nada contra los policías, gracias a ellos podemos vivir más seguros, pero me gustaría que nuestros gobiernos se pusiesen las gafas de ver en la crisis -no las de sol que deforman los colores de la realidad- para que vean lo que vemos todos los españoles: dos policías paralelas (Policía Nacional y Guardia Civil) sin coordinación, que se ignoran, unas policías autonómicas repudiadas por los aparatos del Estado y unas policías locales, que dentro de poco supondrán el mayor número, y que son utilizadas como comodines municipales para infinidad de tareas impropias. Si aplicamos la lógica y el ratio de la media europea sobran unos 75.000 policías o alguno más. Eso suponen unos dos mil millones de euros. Parece que hace falta una "pequeña" reforma.
* Lo aquí escrito sirve para cualquier administración y cualquier servicio público. Si al leer esto, estás de acuerdo y tienes alguna responsabilidad en la administración pública, intenta aplicarte el cuento, y piensa ¿qué puedes reformar en vez de recortar?

Publicado el 16 de septiembre de 2014

miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Hay pocos bomberos en España?

De forma permanente, se escucha y se lee, a modo de queja, que las Administraciones españolas no se toman la seguridad de los ciudadanos en serio, y que en España hay pocos bomberos.
Los que tienen la responsabilidad de la gestión de estos servicios públicos deben reflexionar sobre si esta afirmación es cierta y conocer la verdad de los hechos. Como España es tan asimétrica, podremos afirmar con toda seguridad que esto es cierto en algunas partes de España, como también estoy seguro de que podremos decir que en algunas partes de España hay muchos bomberos. Pero para hacer tal afirmación con carácter general debemos observar España en su conjunto, como un todo y analizar los datos globales.
Para saber si hay muchos o pocos bomberos debemos preguntarnos cuántos hacen falta y para qué o cuantos tenemos en relación con quién. Así pues, una administración podría hacer un análisis de necesidades o bien en un servicio existente analizar las estadísticas de intervenciones y deducir si tiene necesidad de aumentar la plantilla -si es que no da abasto para atender tantos siniestros- o bien, si le sobran recursos respecto a la siniestralidad habitual. Otra fórmula más inexacta es compararse con otra administración, vecina o lejana, para ver si tienen más o menos que ella, o que la media, pero este método puede resultar engañoso, pues podría ser que en los servicios comparados las funciones y tareas realizadas sean diferentes, o que los territorios o las sociedades tengan diferente siniestralidad, o características sociológicas distintas.
 
Lo que si podemos analizar, sin temor a equivocarnos mucho, es nuestra propia evolución. A primeros de la pasada década de los 80, cuando España tenía unos 8.000 municipios, alguien debió mencionar en algún congreso de bomberos que en España había más alcaldes que bomberos, por lo que podemos deducir que no se llegaba en aquel entonces a los 8.000 bomberos. Es la primera referencia que tenemos del número de bomberos en España. La primera iniciativa que se llevó a cabo en España para conocer el número total de miembros que componían los servicios de bomberos tuvo su origen en la DGPCE en el año 1993 que confeccionó una detallada estadística que lamentablemente no tuvo continuidad. Con este trabajo pudimos saber que en España había 12.948 bomberos profesionales públicos, sin contar los de AENA. Contando los de AENA, habrían sumado un total de 14.259 miembros de servicios de bomberos profesionales.
Después de esto, lamentablemente, transcurrieron varios años sin ninguna actualización de datos sobre el número de bomberos. Tener encuestas actualizadas sobre bomberos no es un capricho, es un dato necesario para muchas actividades. Los fabricantes y distribuidores de botas de bomberos, por ejemplo, o de chaquetones o vestuario de intervención, necesitan conocer la amplitud de su mercado. No es lo mismo tener un mercado potencial de 15.000 bomberos que de 30.000.
Así, se llegó al año 2006 en que la APTB se puso manos a la obra y propuso una pequeña y fácil encuesta para conocer solamente el número de bomberos, creyendo que en poco más de un mes se obtendría el resultado deseado. Ciertamente el trabajo fue un poco más complejo que lo que parecía y tras varios meses de empeño se pudo culminar con éxito la tarea y se averiguaron los datos correspondientes a finales del año 2005. El resultado fue que se había producido un incremento notable de la plantilla de los servicios de bomberos, pasando desde los 12.948 miembros profesionales existentes en 1993 a los 20.143 profesionales en 2005, es decir, un aumento de 7.195 bomberos, un sorprendente crecimiento del 55% en un periodo de 12 años, lo que había supuesto una incorporación de unos 600 bomberos profesionales anuales.

Posteriormente, la APTB ha elaborado la Estadística nacional de los servicios de bomberos con datos del año 2010 de donde se extraen interesantes datos. Sumando todos (profesionales y voluntarios) el total de todos los bomberos de los servicios públicos que cubren el territorio nacional es de 27.844 miembros de los servicios de bomberos. En el periodo de 5 años, entre 2005 y 2010, el número de profesionales presenta un crecimiento de 2.698 bomberos, alcanzando 22.841, es decir, más de 500 nuevos bomberos profesionales cada año en España. Como se puede ver en el gráfico, en el periodo completo desde 1993 hasta 2010 se ha obtenido un crecimiento del 76% de bomberos profesionales.

A la vista de estos datos, de esta evolución, yo creo que no se puede decir que las administraciones españolas hayan hecho poco por la seguridad ciudadana en el tema de bomberos. A muchos no nos gustará como se han hecho muchas cosas, pero en cuanto al número de bomberos me parece que las administraciones (o sea los ciudadanos que son quienes lo pagan) han hecho un esfuerzo muy superior que el que se ha realizado con otros muchos colectivos de servidores públicos. Así pues, podemos asegurar que la evolución en España en este sector de la emergencia ha sido positiva. El crecimiento ha sido extraordinario y todo indica que ya no se podrá crecer a este ritmo. (En una próxima entrada del blog veremos cómo estamos respecto de otros países de Europa).

Veremos que nos depara la próxima estadística. En Europa se está reduciendo el número de bomberos ¿Qué pasara en España?

Publicado el 10 de septiembre de 2014


lunes, 8 de septiembre de 2014

Regulación y organización de servicios de emergencia

 
Muchas veces en nuestras administraciones realizamos reformas “de oído”, un poco a bulto y dejándonos llevar por la intuición. A veces no queda más remedio que hacerlo así, cuando no hay modelos de referencia a los que imitar, ni fuentes de información en los que fundamentar los nuevos proyectos o cambios. Afortunadamente cada vez hay más información en la que podemos documentarnos. Uno de los documentos de interés, de gran actualidad, que puede servir para formarse e informarse es la Tesis doctoral de José Julián Isturitz* “REGULACIÓN Y ORGANIZACIÓN DE SERVICIOS DE EMERGENCIAS Y PROTECCIÓN CIVIL: DISEÑO DE UN SISTEMA ASIMÉTRICO, MULTIFUNCIONAL Y MULTIFACTORIAL”. Creo que este documento ha de ser tenido en cuenta como punto de partida para cualquier reforma del sistema o sistemas de emergencias en España.

En esta tesis, entre otras lecciones, podemos leer las características del modelo actual del sistema público de atención de emergencias en España. Se trata de una estupenda aproximación a la realidad que puede ayudar a otros a analizar las peculiaridades de su sector o subsector de su administración.

Características del sistema de emergencias: 
·         Monodisciplinariedad: La situación de emergencia es de tal complejidad que afecta a varias disciplinas del conocimiento, no afecta solo a una por lo que su resolución precisa de diferentes especialistas bajo la coordinación de un integrador capaz de mantener una visión de conjunto sobre la base de la multidisciplinariedad. En el sistema actual, la actuación desde un punto de vista global, se convierte en actuación monodisciplinar con una superespecialidad que genera un aislamiento corporativo. 
·         Multifactorialidad: La situación responde a un sistema multifactorial ya que le afectan diversos condicionantes que contribuyen a lograr un resultado como son el entorno organizativo, económico, de gestión de personas, relaciones con el exterior y formativo, pero en esta multifactorialidad, cada organización tiene su enfoque independiente.

·         Monotarea: El sistema se siente cómodo en la realización de monotareas, de forma que cada uno abunda en su política de compartimentos estancos. También se siente cómodo en su espacio de confort, en lo que domina, desconociendo el resto, hasta tal punto que carece de  formación sobre los protocolos comunes de actuación, que son muy escasos.

·         Pluralidad de situaciones: El sistema está diseñado para atender una pluralidad de situaciones en las cuales la capacidad de medición es muy escasa. Además, huye de la protocolización 80:20.

·         Pluralidad de prestadores: Existen gran número de actores profesionales en el sistema, cada uno con su misión, organización y objetivos independientes del otro, con gran especialización y aislamiento unos de los otros.

·         Entornos de trabajo: El sistema cuenta con entornos de trabajo rígidos, inflexibles, e incapaces de motivar al perfil específico de los actores, ya que se trata de un tipo de personas singulares, altamente capacitadas y con gran capacidad de respuesta. En este sistema priman los valores de la endogamia, endocentrismo e individualismo.

Muy interesante esta descripción. Nadie (ni políticos ni técnicos) debería acometer cambios en los servicios de emergencia sin instruirse previamente y sin contar con el asesoramiento profesional de expertos en la materia.

*José Julián Isturitz estuvo en Protección Civil del Gobierno Vasco, fue director de emergencias del Gobierno de Canarias, gerente del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria y director general del SEM (servicio sanitario de emergencias de Cataluña). Actualmente es profesor de la UAB -Universitat Autònoma de Barcelona-.

Publicado el 8 de septiembre de 2014