A pesar de que la jornada laboral de 24 horas continuadas es un asunto
trascendental en los servicios de bomberos españoles no se ha escrito demasiado
sobre él, pues es un tema que, aunque siempre está presente, casi todos
prefieren evitar. Las opiniones sobre este modelo de jornada laboral suelen ser
rotundas, y las posiciones son radicales en torno al “sí” o al “no” por lo que
el asunto se ha constituido como un espacio de confrontación(1).
Otro artículo sobre el tema es “Estudio comparativo de
los horarios de 8 y 24 horas” firmado por Julián Muñoz Pérez, jefe del servicio
de protección civil de la Diputación provincial de Toledo, que fue publicado en
la revista
emergencia 112 nº 29, de
octubre de 1999, editada por la
APTB.
En este artículo abordaré el horario de 24 horas y sus
consecuencias desde una perspectiva general, desde el punto de vista de gestión,
desde la óptica de la jefatura de un servicio de bomberos cuya principal misión
es prestar un adecuado servicio público a los contribuyentes.
Legalidad
del horario de 24 horas
Se ha de tener en cuenta el
Convenio
de la OIT por el que se limitan las horas de trabajo a ocho horas diarias y
cuarenta y ocho semanales (en vigor desde el 13 de junio de 1921) y la Directiva 2003/88/CE del Parlamento Europeo sobre ciertos aspectos relativos a la ordenación del tiempo de trabajo, aunque la auténtica
"Working Time Directive" que se está gestando, está pendiente de aprobarse por la reticencia de algunos Estados que ven en peligro la organización y financiación de sus sistemas de emergencias (bomberos, policía) y en especial del sistema sanitario. Por lo que sé, parece que finalmente se aprobará manteniéndose la cláusula Opt-Out que permitirá pactar con los trabajadores la no aplicación de algunos preceptos. Por ejemplo, se podría pactar que el tiempo de guardia de los médicos en el hospital no se computa como tiempo de trabajo efectivo, y los bomberos podrían pactar trabajar más de 48 horas a la semana a cambio de que se les permita trabajar más de 8 horas diarias y así mantener la ventaja del horario de 24 horas.
La Constitución española de 1978 en su artículo 40
establece que los poderes públicos velarán por la seguridad e higiene en el
trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la
jornada laboral, de donde se puede deducir que incurrirán en responsabilidad
aquellas autoridades que incumplan o consientan deliberadamente el
incumplimiento de tal mandato constitucional.
En 1980 se aprobó el Estatuto de los trabajadores del que estaban expresamente excluidos los trabajadores de la administración, pero pronto se vio que no iba a ser así.
Muchos años después, en 1995, se aprobó la Ley de
prevención de riesgos laborales en que se estableció la obligación del
empresario o empleadores de velar por la reducción de riesgos de sus
trabajadores.
Por otra parte la legislación española en materia de
jornada laboral fija una jornada semanal máxima de 40 horas y establece
claramente que entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente
mediarán, como mínimo, doce horas.
1. La jornada de trabajo máxima de los trabajadores nocturnos cuyo
trabajo implique riesgos especiales o tensiones físicas o mentales importantes
será de ocho horas en el curso de un periodo de veinticuatro horas durante el
cual realicen un trabajo nocturno, salvo que deba ser inferior, según lo previsto
en el capítulo III.
A efectos de lo dispuesto en este artículo los trabajos que impliquen
riesgos especiales o tensiones físicas o mentales importantes serán los
definidos como tales en convenio colectivo o, en su defecto, por acuerdo entre
la empresa y los representantes de los trabajadores, tomando en consideración
los efectos y los riesgos inherentes al trabajo nocturno.
Según me cuenta un jefe de bomberos amigo, no parece que a la vista de esta redacción se pueda hacer ninguna ingeniería legal que evite la ilegalidad del horario de 24 horas. Precisamente, los sindicatos recientemente, habían enarbolado la bandera de victoria cuando el Tribunal Superior de Justicia de Asturias ratificaba la anterior sentencia de que los trabajadores del SEPA, antes "Bomberos de Asturias" son trabajadores nocturnos y que por lo tanto no se pueden realizar otras extras estructurales. No sabían que ser trabajadores nocturnos podía traer estas secuelas. Quizás este decreto regulando los derechos de los trabajadores nocturnos sea un regalo envenenado del gobierno. No sé qué pensar, ni sé lo que ocurrirá; ¡he visto tantas veces, tantos atentados contra el sentido común!
Aparentemente, con estas referencias legislativas ya
estamos ante un horario que se encuentra bordeando los límites de la legalidad vigente y sin embargo ninguna
administración o autoridad ha empleado este argumento para no tener el horario
de 24 horas continuadas. Esto no quiere decir que no pueda ocurrir que en alguna
ocasión tras un accidente de trabajo los familiares de un bombero accidentado o
fallecido no aleguen la ilegalidad de este horario para culpabilizar penal o
civilmente a sus mandos o a la administración titular del servicio poniendo de
manifiesto la flagrante irregularidad si el accidente se ha producido después
de estar más de 12 horas en servicio. Creo que una demanda de este tipo tiene
muchas posibilidades de prosperar ante un sistema judicial muy garantista y que
tiende a proteger a los trabajadores frente al empleador, en este caso la
administración.
Teniendo esto en cuenta y desde el punto de vista de su
protección, los jefes y responsables deberían dejar claro ante sus alcaldes que
no pueden cumplir con la normativa de seguridad e higiene en el trabajo con
este horario y así quizás puedan exonerarse de responsabilidad en caso de
accidentes que produzcan lesiones o muertes entre los miembros de la plantilla
o bien daños a terceros en los que bien podría ser imputada responsabilidad
porque los miembros del servicio de bomberos no estuviesen en perfectas
condiciones para desempeñar su trabajo debido a la extensa duración de sus
jornada laboral, más prolongada de lo que indica razonablemente la legislación
sobre la duración de la jornada laboral.
No obstante, en las administraciones públicas el responsable
último del horario y de la jornada laboral de los funcionarios es el presidente de la Administración titular del servicio (alcalde, presidente de la Diputación, Cabildo o Consell insular o presidente o consejero en las CCAA),
por lo que en ningún caso debiera alcanzar responsabilidad por este asunto a
ningún funcionario más que dicho cargo político
(3)
que en su caso deberá justificar con qué criterios y por qué razones mantiene
el horario de 24 horas.
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En la pancarta se confunde mejor servicio con tener todos 24 horas |
Interpretación
de la legislación
Pero una cosa es lo que dice la ley y otra, muy distinta,
como se interpreta. Como decía Campoamor “en este mundo traidor nada es verdad
ni mentira, todos es según el color del cristal con que se mira” y como en
todos los asuntos de la vida, cada uno arrima el ascua a su sardina.
Por eso nos encontramos con muy distintas
interpretaciones de la legislación o incluso de las realidades que ocurren en
otros países.
Por ejemplo, en casi toda Europa el horario de los
parques de bomberos es de 24 horas y por eso los bomberos españoles y sus
sindicatos dicen que en toda Europa tienen horario de 24 horas y por lo tanto
no puede ser un mal horario para las administraciones ya que casi todas lo
tienen. Pero ocultan que el régimen de guardias fuera de España es de un día
cada cuatro, es decir que en un parque con horario de 24 horas hay cuatro
grupos que se relevan haciendo una guardia cada cuatro días porque tienen
sistemas de cómputo de la jornada laboral en que parte del tiempo de descanso en
el parque o de la jornada nocturna no computa como tiempo de jornada laboral
efectiva. ¿Y cuál es la diferencia? Pues yo le veo dos grandes diferencias:
- La primera, el coste económico para la
administración de ese servicio. A cuatro turnos de guardia se necesita una
tercera parte menos de plantilla (un 33% menos) que con seis turnos como suele
ocurrir en España. La diferencia, es que un bombero tiene al año 90 guardias de
24 horas en Europa y 60 guardias en España. Yo interpreto que esta es la
principal causa de que los bomberos en Europa tengan 24 horas, el ahorro
económico que se produce en el gasto lo que supone un gran beneficio para los
contribuyentes, y evidentemente, también para los bomberos que concentrado las
jornadas laborales en una guardia en un solo día, gozan de las ventajas del
horario de 24 horas con más días libres.
- La segunda diferencia es el tiempo de presencia
en el puesto de trabajo, cuantas menos veces se vaya mayor desarraigo se
produce y un desarraigo o desafección laboral tienen muchos inconvenientes sobre
la organización del servicio y sobre la salud laboral y la profesionalidad
(ejercicio de la profesión con capacidad y eficacia).
Consecuencias de la jornada laboral
continuada de 24 horas
Analicemos algunas de las consecuencias directas del horario de 24 horas desde distintas
perspectivas.
Organización
- Un sistema de guardias de 24 horas obliga a
tener el mismo personal durante el día que durante la noche lo que impide la
necesaria flexibilidad en la gestión de recursos humanos. Sabemos que durante el día ocurren entre el 70% y el 80% de los servicios y sin embargo mantenemos
innecesariamente la totalidad de la plantilla para atender solamente el 20% o
menos de la actividad(4).
Esto no es de aplicación cuando la plantilla es escasa pero es perfectamente
aplicable en las grandes ciudades donde hay muchos recursos y donde además la
circulación de vehículos durante la noche es el doble de rápida y es más fácil
y rápido movilizar recursos de varios parques, lo que permitiría menos
plantilla de noche que de día produciéndose un ahorro de recursos muy importante.
No parece muy productivo ni eficiente que los
directores, gerentes y jefes de bomberos apenas puedan gestionar nada referente al gasto de personal, ni a su distribución, ni a su horario, ni a la adaptación de la plantilla a las necesidades del servicio, si, como sabemos, el presupuesto de personal en la mayoría de los servicios de
bomberos españoles supone más del 90% del pres
upuesto total del servicio. Sin embargo este tipo de gestión es absolutamente razonable y necesario en otros servicios públicos como Policía municipal. A ningún jefe de policía se le aceptaría que tuviese los mismos agentes de guardia de día que de noche; la diferencia en la gestión entre bomberos y policía estriba en el horario de 24 horas.
- El sistema de guardias de 24 horas presenta un
solo relevo al día, de tal manera que, si en un momento dado se presenta un
siniestro de gran envergadura, no se incorpora personal descansado hasta el
relevo siguiente, y el reclutamiento de nuevo personal es mucho más difícil a
no ser que este pactado un retén de personal localizable. Esto proporciona
inseguridad a la ciudad o al ámbito territorial del servicio de bomberos.
- En un sistema de trabajo normal, es obligación
de los jefes velar por el óptimo aprovechamiento y rendimiento de sus subordinados
durante la jornada laboral. En el horario de 24 horas puede ocurrir que la
preocupación de los mandos sea que su personal esté siempre inactivo y a poder
ser descansando para evitar así responsabilidades en caso de que un bombero
pueda accidentarse al final de la jornada. Esto provoca la ociosidad, el estar
sin nada que hacer. El bombero ocioso es la consecuencia del horario de 24
horas. Esta ociosidad es la causa que en ocasiones se pueda dedicar el tiempo a
actividades particulares que en nada tienen que ver con los fines del servicio público
por el que se paga a los empleados. Estas tareas particulares se acaban convirtiendo
con el devenir del tiempo en “derechos adquiridos”.
- Con el horario de 24 horas se han de realizar
obligatoriamente actividades domésticas como ir a la compra, cocinar, fregar,
desayunar, comer, merendar, cenar, echar la siesta, dormir, etc., etc.,
actividades en sí que en otras actividades profesional no se computan como
tiempo de trabajo y restan tiempo de dedicación a la prestación del servicio.
El centro de trabajo pasa a ser un lugar de residencia, un centro de estancia. Esto
podría ser considerado como un fraude ya que se remunera como tiempo de trabajo
un tiempo que se dedica actividades personales. Se da la paradoja de que
mientras que otros trabajadores pueden ser despedidos por ser sorprendidos durmiendo
durante su jornada laboral, en los Servicios de Bomberos el tiempo de dormir se
computa como tiempo de trabajo y además existe una gratificación económica: un plus de nocturnidad(5).
- Asistir 5 o 6 días al mes al puesto de trabajo
junto con un sistema que permita cambios o permutas de guardia entre el
personal, facilita al personal obtener amplios periodos de descanso (dos
semanas o más) con lo cual resulta más fácil residir a grandes distancias del
puesto de trabajo, incluso en otras provincias y en otras CCAA, lo que impide la necesaria integración del bombero en su
entorno laboral geográfico-social. Esto no es alarmismo, es absolutamente real:
en la mayoría de los servicios de bomberos hay bomberos que viven en otras
provincias, pudiendo destacar un caso excepcional y extremo que se produjo hace
unos años en un servicio de bomberos insular en que más de la mitad de sus
componentes vivían en la península aunque fijaron su residencia oficial en la isla
para así beneficiarse del precio reducido de los viajes aéreos. Ello motivaba
que las actividades formativas que se planificaban con dos semanas de
antelación eran rechazadas y boicoteadas por la plantilla porque muchos tenían
ya preparados sus cambios de guardia y sus billetes de avión para irse a sus
casas en las fechas del curso.
- Tener el domicilio alejado del parque donde se
hace guardia supondrá que en situaciones de grave emergencia o catástrofe que
afecte a red viaria, los bomberos residentes a mucha distancia tardarán mucho
en incorporarse a su parque o incluso en algunos casos su comparecencia puede
resultar imposible.
- Una falta al trabajo supone 24 horas de
absentismo. Con un sistema de una guardia cada seis días se puede caer en la
tentación de indisponerse un día y así disponer de once días seguidos libres,
con lo que se aumenta el absentismo laboral. Esto ocurre más en los grandes
servicios, pues en los pequeños el sentido de pertenencia es mayor y se sabe
que si no se asiste se causa un perjuicio a los compañeros de guardia. Hace
años entre los bomberos vocacionales de los parques pequeños se daba el caso de
que algunos bomberos acudían a su guardia estando enfermos porque eran conscientes
de que había muy pocos bomberos de guardia. Me temo que esto ya no es habitual.
- Asistiendo 60 0 65 días al puesto de trabajo se
disponen de 300 días de libranza al año para dedicarse a otras actividades
(esto lo hace un bombero y lo haría cualquier otra persona en la misma
circunstancia) lo que facilita el pluriempleo y la práctica de actividades laborales
y económicas en régimen de economía sumergida.
- La celebración de almuerzos, comidas, cenas,
etc., durante la jornada laboral de forma inevitable, propicia el consumo de
bebidas alcohólicas que aunque todos sabemos que están prohibidas por los
alcaldes en las instalaciones municipales, y en los centros de trabajo y por
los reglamentos, en muchos casos sigue siendo habitualmente consentido, a pesar
de que todos conocemos el riesgo que supone desde el punto de vista de la
seguridad e higiene.
- No descubro nada nuevo, si afirmo que una de las
principales causas del divorcio existente entre los jefes y la plantilla y sus
sindicatos es debido a la postura sobre la jornada laboral. Este conflicto no
existe en otros servicios europeos. Todos aceptan que están a 24 horas asistiendo
muchas más horas que los demás funcionarios porque eso beneficia a la comunidad
y a los propios bomberos. En España también fue así en una época(6)
-hasta que el Estatuto del trabajador consagró que el tiempo de presencia en el
puesto de trabajo era tiempo de trabajo efectivo-, y aunque el Estatuto del
trabajador no era de aplicación a los funcionarios, inmediatamente se hizo
extensivo a los funcionarios bomberos. Estoy seguro que si se eliminase este
conflicto permanente latente entre jefes y políticos y bomberos las relaciones
mejorarían notablemente.
- La estancia en jornadas de 24 horas imposibilita
garantizar la adecuada atención y dedicación en plenas condiciones a las situaciones de emergencia debidas a
situaciones meteorológicas adversas como lluvias prolongadas o catastróficas,
nevadas, vendavales, incendios forestales, etc., que exijan estar trabajando muchas
horas seguidas(7).
Formación
- En una actividad tan diversa y compleja como la
que se desarrolla en los servicios de bomberos con tanta variedad de
intervenciones y con multitud de tareas que se han de realizar, en diversas
circunstancias y con muy diversas herramientas es necesario dominar muchas
técnicas, y muchas habilidades y destrezas para poder realizar todas las tareas
con eficacia. Pero la realidad nos indica que no se producen muchas
intervenciones similares de forma regular que puedan facilitar el aprendizaje y
el dominio y desenvoltura necesaria a través de la experiencia por lo que la formación continua ha de ser la
principal actividad diaria del bombero para poder aprender a estar
entrenado para resolver todas estas situaciones. La formación debería la tarea
a la que se dedicase la mayor parte del tiempo de la jornada laboral en los parques y fuera de ellos.
De la misma forma que la actividad de un estudiante es estudiar cada día, el
principal trabajo del bombero ha de ser practicar y practicar cada día para
prepararse para cuando ocurra una de las situaciones en que deba intervenir.
Pues bien, este proceso de aprendizaje es imposible ponerlo en práctica si un
bombero va al parque de bomberos una vez a la semana. No es posible imaginar a
un estudiante que solo vaya al colegio o a la universidad un día a la semana.
- Un horario largo e irregular con una asistencia
cada seis días no permite planificar un programa formativo adecuado.
- La organización de cursos monográficos semanales será compleja pues es más difícil que los bomberos
asistan en su tiempo libre que por lo general tienen ocupado.
Jerarquía
- Con la convivencia obligada en las actividades
sociales extralaborales de hacer la compra, cocinar, comer, dormir, jugar la
partida, es muy fácil que se deteriore la relación jerárquica entre mandos y
subordinados. Como las actividades extralaborales están fuera de la
jurisdicción del mando, se establece una autoridad paralela con uno o varios líderes
asamblearios que son quienes organizan quién va a la compra, quién cocina (es
habitual liberar a alguien de las salidas para que ejerza de cocinero), quién
limpia, etc.
|
De compras con la autobomba en el supermercado |
Factores
personales
- Un horario de trabajo prolongado superior a 10 o
12 horas puede incrementar el cansancio la tensión y el stress dificultando la
recuperación y perjudicando la seguridad del bombero.
- Un horario con jornadas prolongadas de 24 horas,
seguidas de largos periodos de varios días de descanso en que se permanezca
inactivo, podría no aportar el equilibrio personal, individual, social y
psíquico como el que se precisa para el desarrollo de las tareas profesionales
de auxilio a los demás, que desempeña el servicio de bomberos.
- Las actividades domésticas extralaborales pueden
perturbar la convivencia entre los miembros de servicio, apareciendo fricciones
que si no se celebrasen estas actividades se podrían evitar.
Seguridad
- Ya ha quedado dicho que en el horario de 24
horas hay periodos de descanso durante los cuales se duerme. Soy de la opinión
que dormir durante la guardia puede suponer un riesgo tan grave como la fatiga.
Creo que una persona que interrumpe su sueño con una alarma intempestiva o timbre de forma
violenta no puede adquirir en pocos minutos la concentración necesaria para
ejecutar trabajos que exigen la máxima atención posible y tener todos los
sentidos al máximo, especialmente cuando su vida y la de los demás pueden
correr peligro.
- Podemos presumir que
una persona, en un minuto,
no debería pasar de estar dormido a estar conduciendo por las calles un vehículo
pesado de emergencia con las luces destellantes y sirenas activadas, a elevada
velocidad, adelantando vehículos y saltándose los semáforos en rojo.
El
desarraigo
Ya he mencionado que el
horario de 24 horas favorece la práctica del pluriempleo(8), pero lo grave,
en sí, no es que un bombero tenga otro trabajo remunerado. A los efectos que
quiero resaltar, tanto da si la actividad que el bombero va a realizar cada día
es retribuida o no. Lo importante es que ese trabajo, esa actividad, esa tarea,
o esa afición es la que va a ser la principal de su vida, pues la realiza todos
los días de su vida, menos los pocos días que viene a su guardia donde cobra
el sueldo y cotiza a la seguridad social. La
profesión de bombero, para estos “profesionales” pasa a ser su segunda o tercera actividad. Esto es lo que desde
hace mucho años he venido en llamar el “desarraigo profesional del bombero de
24 horas en España”. Esto repercute en una pérdida de interés muy negativa para
la prestación del servicio.
Para ilustrar esto, puedo contar que algunas veces
saludando a algún bombero en el parque el día de su guardia, a mi saludo
<<Hola, buenos días, ¿Qué tal?>>,
su respuesta era <<Aquí. ¡A echar
el día!>> Esa es en muchos casos su actitud, que vienen a pasar un
día, como sea, pues su mente está en otra parte, en aquello que hacen cada día.
Esta sensación de provisionalidad que se alcanza cuando
solo se va a pasar el día tiene también una seria trascendencia en materia de
seguridad.
Una curiosidad que puede verse en los parques de bomberos,
que forma parte del desarraigo profesional, es que en la sala de estar o biblioteca,
hay más revistas de coches, de motos, de viajes, de deportes, etc., que de
Bomberos. Los bomberos “profesionales” españoles no leen revistas de su profesión,
leen revistas de sus aficiones. Por eso leen más revistas de bomberos los
bomberos voluntarios, porque es su afición. ¡Gran paradoja!
Profesionales
Entiendo que el concepto “profesional” además de
significar que se percibe una retribución por una tarea, debería abarcar
“experiencia” en unas tareas y “dedicación” a una labor, lo que se dice tener
oficio. En la jornada laboral de 24 horas se va tan pocas veces al año que en
muchos parques de bomberos pequeños con el reducido número de intervenciones
que actúan los bomberos retribuidos difícilmente puede hablarse de “dedicación”
ni puede adquirirse “experiencia” y casi no se puede hablar de profesionales si
no fuese porque cobran un salario. Las experiencias existentes de parques de
bomberos voluntarios demuestran mucha mayor dedicación anual y mayor
experiencia de los voluntarios sobre los profesionales.
No obstante, a pesar de todos los inconvenientes que
supone el horario de 24 horas, se pueden encontrar en todos los servicios de
bomberos grandísimos profesionales, en
todas las categorías -bomberos, mandos intermedios y jefes-, con un elevado
nivel de compromiso, con gran vocación, con un excepcional sentido de
pertenencia, con gran espíritu de servicio a los ciudadanos, que se sacrifican
más allá de sus obligaciones, que aportan y contribuyen todo lo que pueden por
la mejora del servicio, que no pierden ningún ocasión de formarse mejor, que asisten al parque muchas
más veces que las que están de guardia, que se informan y se mantienen
actualizados en las cuestiones relativas a su profesión, que siguen la problemática
del día a día de su parque con devoción, que se presentan inmediatamente cuando
piensan que se les puede necesitar y que en definitiva viven su profesión con
entrega y que también sufren y padecen en silencio el desarraigo de muchos de
sus compañeros.
Algunas anécdotas
sobre la jornada laboral de 24 horas
Estas anécdotas
que incluyo a continuación son vivencias personales.
1.- Nunca se me olvidará un suceso ocurrido en 1985,
tras haber puesto a turnos de ocho horas a los oficiales de Bomberos de Bilbao.
Tras coincidir una mañana con el oficial saliente de guardia le saludo y le
pregunto:
– ¿Qué tal Pedro?
– ¡Qué tal…! –me responde airado–. No he visto mayor
putada: 8 horas que no puedo dormir en el parque y ocho horas que tengo que
dormir en casa; 16 horas de trabajo al día.
2.- En una reunión en Barcelona, hace pocos años con
otros compañeros jefes de bomberos, uno de ellos, de Barcelona, dijo:
–En nuestra plantilla cada vez hay más vocación.
Todos le miramos sorprendidos pues el tema de la
conversación era que -salvo excepciones- cada día las nuevas promociones de
bomberos estaban menos comprometidas y tenían menos vocación. Tras una pausa
añadió:
–Vocación, al salario y al horario.
Y hubo sonrisas y asentimiento: unanimidad.
3.- Manteniendo
una entrevista con cada uno de los oficiales para sondear su opinión para
cambiarles el horario de 24 horas a 12 horas, uno de ellos, joven, recién
incorporado, me dijo: <<si me pones a 8 horas, yo me marcho. Yo en la
calle ganaba más que en Bomberos. Yo estoy aquí solo por las 24
horas>>. Y que conste que no es la primera vez que he oído este
argumento. Con esta aseveración, nos podemos hacer una idea de lo que le
interesaba a esa persona el servicio de bomberos y los ciudadanos a los que debe
de servir.
4.- En aquellos
servicios en que los mandos (inspectores, subinspectores, oficiales o
suboficiales o sargentos) tienen jornadas de ocho horas o tienen que ir a trabajar todos
los días de mañana, saben bien que la gran mayoría de los más capaces y
cualificados de la plantilla no se presentan para los puestos de ascenso pues
eso supone la pérdida del privilegio de las 24 horas. Un sistema que permite
que pase esto es perverso para la organización, pues no ascienden los mejores.
La única manera de evitar esto sería revisar el sistema de pluses existentes en
los servicios de bomberos, pues un sistema de bonificaciones debe compensar aquellas
tareas que no quiere hacer nadie, no lo que quiere hacer todo el mundo. Es
decir, se debería gratificar mejor y pagar más, a aquellos que van a trabajar
cada día de la semana que a los que van una vez a la semana; es de cajón. En la actualidad
es al revés.
5.- Un médico al que valoro mucho por su sensatez, que ha trabajado en urgencias y emergencias y tiene experiencia en distintos ámbitos y tipos de horarios y jornadas laborales me comentaba hace poco, hablando sobre las guardias de 24 horas: "Solo hay una manera de trabajar en horario de 24 horas: MAL"
Creo que está
bastante claro todo lo que he escrito en este artículo. Podía abundar más en
algunos argumentos o introducir algunos matices y añadir más comentarios o
anécdotas, pero poco cambiaría el resultado de lo que se dice. No es nada
nuevo, es archiconocido por todos los gestores de los servicios de bomberos. Se
puede desmentir, pero es cierto. Mi conclusión es que la jornada
continuada de 24 horas impide la necesaria flexibilidad para la gestión del
servicio, produce desarraigo profesional
y junto con la escasa, corta, reducida, jornada laboral anual es el cáncer de los servicios de bomberos españoles. El desarraigo laboral es la desagradable
consecuencia del cáncer del horario de 24 horas. El horario de las 24 horas es uno de los factores por los que los servicios de bomberos españoles se están convirtiendo en "Bomberos pasivos", todo los contrario de lo que la sociedad está demandando(9). La metástasis de este
cáncer es la indisciplina, pero este es un asunto sobre el que ya no voy a
escribir.
Para finalizar
afirmaré que creo que nadie es absolutamente responsable de todo esto. No hay
culpables, pero sí hay muchos cómplices. Y, sí; si se quiere, se puede
corregir. ¡A grandes problemas grandes soluciones! (10)
(1) Hay dos temas sobre los que no había escrito en el blog
debido a su complejidad. No por esquivarlos, sino porque son temas poliédricos
y controvertidos y además difíciles de enfocar por sus aspectos subjetivos: la
jornada de 24 horas, junto que el tiempo de presencia en el puesto de trabajo
se computa como jornada laboral efectiva (solo en España) y la indisciplina
generalizada en los SPEIS. La principal consecuencia es el desarraigo laboral
pero no es sólo por la jornada laboral continuada de 24 horas, pues eso no pasaba
en España cuando se estaba a 24x48. El desarraigo es consecuencia de ir al
puesto de trabajo un día a la semana o menos. El horario de 24 horas es además,
en gran parte, la causa del divorcio entre jefes y plantilla que en Europa
apenas se da.
(2) Interesante artículo
de José M. Botía publicado en el blog el Bombero número 13. https://elbomberonumero13.wordpress.com/2016/02/07/factores-psicologicos-y-organizativos-y-la-calidad-en-los-speis/
(3) En ningún caso se
debe permitir el reenganche o solape de personal saliente de guardia. Un
accidente laboral de una persona a la que se le haya permitido esto facilitará
al accidentado o a su familia interponer una denuncia al jefe que lo haya
consentido y una demanda a la administración permisora. El juez lo tendrá muy
fácil para emitir una sentencia condenatoria.
(4) Nadie
tendría una empresa o industria trabajando con el 100% de los trabajadores por
si acaso viene un pedido. Un ejemplo clarísimo de planificación de las
emergencias es la Sanidad: no se ponen hospitales donde apenas hay población, ni
se tiene en el hospital el mismo personal de noche que de día, y eso que
también está en riesgo la vida de las personas y tantas personas se mueren por
la noche como por el día.
(5) Por esta circunstancia resulta obvio que se debería regular un régimen
laboral especial para los servicios de bombero.
(6) Antes de la entrada en vigor del Estatuto del trabajador, en algunos
sectores productivos, como el transporte, agricultura, etc., los tiempos de
espera llamados tiempo de “stand by” se computaban y se pagaban a 50% del
precio pactado por hora de actividad. Por ejemplo un camionero llegaba a las 8
a cargar el camión pero la carga no estaba dispuesta para la carga hasta las 12
y el camionero y los cargadores, estaban esperando 4 horas; pues esas 4 horas de
espera solo se computaban al 50% y se pagaban 2. Esto era así en casi todos los
países del mundo y por lo que sé sigue siendo así en muchos. De hecho, el gobierno hubo de publicar el "REAL DECRETO 1561/1995, de 21 de septiembre,sobre jornadas especiales de trabajo" para que quedase claro que seguía vigente la distinción entre tiempo de presencia y tiempo de trabajo efectivo, pero para entonces ya los sindicatos de bomberos habían negociado los convenios en que todo el tiempo era tiempo de trabajo efectivo.
(7) En todo caso los alcaldes, gerentes o diputados responsables de los
servicio de bomberos en sus distintas modalidades deberían preservar y
garantizar en sus convenios colectivos que en caso de decretarse una situación
excepcional de protección civil se decretará un horario de tres turnos que
permita el relevo continuado cada poco tiempo antes de que el personal llegue a
la extenuación. Aunque parezca que está muy claro que el Alcalde es el jefe
supremo del personal del ayuntamiento y el responsable último del horario de
todos los trabajadores siempre nos podremos encontrar con protestas del
personal y de los sindicatos alegando que cualquier cambio de las condiciones
laborales ha de ser previamente negociado con los representantes de los
trabajadores y pueden encontrar un juez que por hache o por b, les dé la razón;
por lo cual es deseable y conveniente haberlo previsto.
(8) No abundo en este asunto pues la persecución del desempleo es función
del área de personal y de recursos humanos. Aunque, es verdad que en esta época
de tanto desempleo todas las áreas de todas las administraciones deberían colaborar
en la lucha contra el pluriempleo y la economía sumergida por parte de los
funcionarios.
(9) En el horario de las 24 horas está el origen a la negación a realizar tareas de prevención, de inspección o de investigación que producirían una mayor eficiencia en el servicio y esto pude suponer el fin de los servicios de bomberos tal y como los conocemos hasta ahora.
(10) Me explicó hace unos 15 años un dirigente sindical de bomberos muy
conocido en España que había una estrategia de la derecha para consentir el deterioro
de los servicios de bomberos en España. Esto, según él llevaría a la
degradación, pérdida de eficiencia y al encarecimiento de los servicios de
bomberos lo que permitiría dar el paso a la externalización prestando el servicio
en condiciones más económicas desde el sector privado. En realidad, esto es de
manual, pues cualquier privatizador sabe que lo primero es encarecer el servicio
público que se presta para que aparezca una empresa que pueda hacerlo más
barato. No se lo negué pues carecía de información y de datos, sin embargo, no
creo que esto sea así; no creo que hay nadie en el sector español de la
emergencia tan estratega, tan inteligentemente maquiavélico, como para
planificar esto. Llevo años teniendo presente el principio “lo que puedas
atribuir a la incompetencia no lo atribuyas a la inteligencia” y puedo asegurar
que funciona.
Publicado
el 29 de agosto de 2016
EL BLOG HA LLEGADO A SU FIN
Este es mi último artículo del blog. Publicaré una entrada más de despedida del blog. No lo borraré, el blog seguirá accesible
con todos sus artículos y comentarios disponibles pero no se aceptarán más comentarios. Muchas gracias a los
lectores. Y ya sabes: "si algo te parece interesante, divúlgalo".
En el último mes, en agosto, se alcanzaron casi 40.000 visitas y en el último día del blog, el 31 de agosto, se han superado las 3.000 visitas, lo que me enorgullece
teniendo en cuenta que no hay ninguna revista de seguridad ni emergencias
editada en español que tenga ni la mitad de lectores. Ni otros blogs de emergencia se acercan a estas cifras, que hace unos meses me parecían inalcanzables. Me alegra haber tenido un blog tan concurrido y aceptado ¡Gracias!
A partir de ahora mis artículos sobre emergencias y prevención de riesgos y accidentes los escribiré en el nuevo blog del OBSERVATORIO DE PREVENCIÓN DE RIESGOS Y ACCIDENTES www.opra.info que puedes seguir si te interesa.